Australia en una semana. Sí, se puede.

29, 05, 2017

Cuando se habla de viajes y aparece Australia como posible candidata, siempre hay uno que dice “Cuidado, para viajar a Australia necesitas dos semanas como mínimo”.  En parte es cierto, cuanto más tiempo mejor, pero también hay muchas personas que pensando de esa manera jamás han viajado a Australia en su vida. Y lo que se han perdido.

Australia tiene una superficie de 7.692.024 km2. Es el sexto país más grande en extensión del mundo. Es más grande que Europa. Está claro que en una semana no podemos recorrer Australia, pero ¿y si nos concentramos solo en una parte? 


Australia es un viaje imprescindible

Porque es cierto, lo mejor es tener dos semanas o más. Pero si no puedes disponer de tantos días, nuestra compañera Blaire Constantinou, Experta en Ofertas en la oficina de Los Ángeles, te da unos trucos: no intentes abarcar mucho y visita una sola zona durante los pocos días de los que dispongas. 


¿Y qué zona?... Blaire apostó por Nueva Gales del Sur

Pues sí, en este reportaje Blaire te propone enfocar tu viaje de una semana en Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney. Tiene playas magníficas —su costa es incluso más larga que la Costa Oeste de los Estados Unidos—, bosques tropicales que alcanzan la costa en Port Stephens y el Outback, el interior, donde sugerimos visitar sin falta el Parque Nacional Worimi. Y todo está a menos de tres horas en coche desde Sídney.

Una pincelada rápida del itinerario que te aconseja: un vuelo nocturno para ver el amanecer sobre la bahía de Sídney; luego cuatro días en la ciudad de Sídney (dos al inicio, dos al final) y tres explorando la región de Gales del Sur. Incluso, apurando mucho, se podría añadir un vuelo corto de menos de una hora a las playas de Byron Bay y la isla de Lord Howe. Lo dicho, con una semana puedes hacer un gran viaje que no deberías perderte por nada del mundo.


Sídney es lo primero

Para aprovechar al máximo el viaje, es aconsejable empezar bien pronto por la mañana en el puerto de Sídney, donde podrás ver las principales atracciones: la imponente Ópera, el Royal Botanic Garden y el puente de la bahía, ya que están unos junto a otros a lo largo de la costa. Apunta también Circular Quay (luego daremos más detalles).

La Ópera de Sydney está adornada con vidrio templado de Francia, tan templado que no produce reflejos, y alberga el órgano de acero más grande del mundo (el último organista que tocó allí era el de la Catedral de Notre Dame). Se trata de un teatro con aforo para 550 personas, que en su totalidad pueden ver perfectamente el escenario, sin estorbos. Eso sí, para entrar es requisito fundamental reservar un tour guiado, que recomendamos conservar para conseguir descuentos en taquilla.

Hasta que tu reloj biológico se ajuste al de Australia, te despertarás muy pronto por la mañana, por lo que es una magnífica idea contemplar el amanecer desde la Ópera. Y a la vuelta de la esquina te toparás con Mrs. Macquarie's Chair, un gran banco de piedra en el Royal Botanic Garden con vistas espectaculares.


Sube al puente del puerto de Sídney

Una buena manera de tener una visión panorámica de la ciudad es reservar el BridgeClimb, visitado por más de 3 millones de personas al año. Es una pasada. Es como visitar la ciudad desde el cielo. Las excursiones varían en duración (de dos horas y media a tres horas y media) y parten a primerísima hora de la mañana hasta bien entrada la tarde. Solo llegar el primer día y tener el privilegio de observar esta puesta de sol desde las alturas, no tiene nombre.

Te suelen ofrecer una gorra de béisbol. Estaría bien que llevaras unas zapatillas de deporte, gafas de sol y una enorme sonrisa, puesto que la guía te hará algunas fotos (ojo, las cámaras personales no están permitidas).

No soy fan de las alturas  —me dan miedo, para qué engañarnos—, por lo que pensé que me destrozaría los nervios subir tan alto. Sin embargo, enseguida descubrimos por qué es una de las experiencias más recomendables de Sídney. Si te pegas a la guía y mantienes la mirada fija al frente (no mires nunca hacia abajo), podrás pasartelo bien y superar el vértigo. Pero si no te la quieres jugar, coge el tour más corto, en el que no tienes que salir del arco interior.


Explora el resto de Sídney en barco

El segundo día es mejor salir fuera del centro de la ciudad. Ten en cuenta que Sídney crece en torno al puerto, por lo que la forma más práctica de recorrerla es en un barco, ya sea en un crucero de lujo con cena incluida a bordo, en una excursión turística de un día o utilizando los ferris públicos. Todo depende de tus gustos y de tu presupuesto. Pero todo lo puedes encontrar en el Circular Quay, un muelle circular. No tiene pérdida, lo verás allá donde veas bullicio, entre The Rocks y la Ópera.

Para exprimir el día todo lo que puedas y ver la mayoría de los lugares interesantes, te aconsejo este crucero: Captain Cook hop on, hop off.  Dispone de una ruta con 9 paradas incluyendo Luna Park, Manly Beach y el zoo de Taronga, durante la cual te acompaña un guía turístico que te va orientando todo el tiempo. Estos tours están a la venta las 24 horas y se pueden comprar en el muelle. Además, si te interesa, al billete de crucero le puedes añadir un pase con descuento para el zoológico y el acuario.

Si lo que quieres es moverte en los ferris, la línea verde de Sydney Ferries va de punta a punta de la ciudad (por ejemplo para en Manly Beach o Darling Harbour) y tienen servicio durante 20 horas al día.


Entre canguros y koalas

Canguros, koalas, equidnas, wombats y más de 350 otras especies conviven en el zoo de Taronga, a sólo 12 minutos en ferri de la ciudad. La entrada incluye el Sky Safari y las charlas de los guardas y varios espectáculos. Además, puedes agregar encuentros con muchos de los animales (jirafas, koalas, búhos y pingüinos).

En el circuito "VIP Aussie Gold" llegué a acariciar y alimentar a los canguros ...y estuve muy cerca de los koalas. Joey, la cría de seis meses de edad, incluso salió de la bolsa marsupial para saludar.


Vive la Bondi Beach a lo grande

Bondi Beach... ¿por dónde empezar? Es posiblemente la playa más famosa de toda Australia. Te sentirás como transportado a una ciudad diferente a pesar de que está a sólo 10 kilómetros del corazón de Sídney.

Hay una actividad que no puedes dejar escapar: el paseo por la costa de Bondi (Coastal Walk). Para optimizar el tiempo y sacarle el máximo partido a este camino por el acantilado, hay que coger un taxi de madrugada hasta el barrio de Bronte. Piensa que la caminata dura unos 45 minutos entre las dos ciudades, por lo que por la mañana llegas a Bondi antes de que abran las tiendas, cuando tiene lugar la maravillosa salida del sol tras el oceáno con los surfistas en el horizonte. Espectacular.

Como es evidente, la playa ocupa el papel protagonista en Bondi. Me uní a la diversión de la playa con una clase privada de Let's Go Surfing (las olas son pequeñas, perfectas para principiantes) y a continuación me comí un desayuno con tostadas y aguacate en una cafetería muy chula. Las calles aquí están repletas de cafeterías con productos de origen local, como la fruta de la pasión y los batidos de frutas.

Lo siguiente fue examinar a fondo las tiendas de ropa de playa a lo largo de Gould y Hall Street. Eso fue antes de conocer el Bondi Icebergs Club y la piscina de agua salada. El club está abierto al público, por lo que puedes pasar un buen rato allá arriba cóctel en mano para disfrutar de las extensas vistas (foto abajo).


Cata de vino en Hunter Valley

A sólo dos horas al norte de Sídney está Hunter Valley. Se trata de la región vitivinícola más antigua de Australia, donde puedes encontrar más de 150 bodegas situadas entre colinas, enmarcadas por la Gran Cordillera Divisoria y el océano Pacífico.

Los viñedos producen uva chardonnay, shiraz y semillón, un vino blanco ligero que fue nombrado el mejor vino infravalorado del mundo en 2015 por Wine Spectator. Gracias al enriquecido suelo volcánico, los productores regionales también se especializan en aceite de oliva, cítricos y quesos blandos, como el brie. Esto le da a la región un rollo Mediterráneo, pero con un toque moderno. Una buena opción es coger el patinete a través de los viñedos, sobrevolar la zona en helicóptero o jugar una partida de golf, todo, como está mandado, entre copas de vino. Eso sí, no te despistes y presta atención a los canguros saltando entre las viñas con la puesta de sol de fondo.

Unos cuantos datos interesantes:

  • El Valle de Hunter tiene la vendimia más precoz del mundo (en enero-febrero)
  • La cosecha del 2014 es la mejor que Hunter Valley ha visto desde 1965
  • Aquí hay seis restaurantes galardonados con el Chef Hat, que es el equivalente australiano de una estrella Michelín
  • La mayoría de las bodegas tienen tours diarios gratuitos y cobran 5$ por degustación.

Locas aventuras entre las dunas doradas

¿Preparados para el legendario Outback, el remoto interior australiano? Las dunas de arena más grandes de Australia están en el Parque Nacional Worimi (en la costa, a 2 horas de Sídney). Una vez allí, es posible montar en un quad, una tabla para la arena o subir a dunas de 40 metros con un todoterreno. El Outback australiano se parece mucho al desierto del Sáhara; ha sido escenario del rodaje de películas como "Mad Max" y "Misión Imposible 2".

Esta tierra aborigen está protegida, y tu guía te mostrará los puntos culturales significativos en este terreno siempre cambiante.


Admira la pureza de Port Stephens y Mount Tomaree

Si coges el coche, a unas tres horas de Sídney y a través de una zona selvática y arbolada llegas a Port Stephens, un escenario que recuerda a Kauai. Hay 26 playas de arena blanca que cruje bajo tus pies. Si conduces hasta Fingal Bay y te animas a un poco de senderismo por la selva, la recompensa es impagable: playas vírgenes y solitarias a las que no se puede acceder en coche.

También es la capital de Australia para la observación de delfines, ya que más de 150 delfines nariz de botella (mulares) viven aquí durante todo el año. El arrecife de coral y las aguas transparentes hacen que sea sencillo avistar los delfines desde los catamaranes. Las ballenas jorobadas migran por esta zona de mayo a octubre.

Sin duda hay un plan de senderismo por la selva. No únicamente porque se pueden ver equidnas y lagartos goanna, sino porque las vistas desde la cumbre son espectaculares. La visibilidad desde el Monte Tomaree (en la foto) es tan brutal que los militares construyeron un fuerte aquí durante la Segunda Guerra Mundial para proteger la costa este de Australia.


Interesantes eventos a los que no se puede faltar

Apunta los eventos que cada año se celebran en esta parte de Australia. El Día de Australia es el 26 de enero. La Ópera de Handa en el Puerto de Sidney es en marzo y se sostiene en un escenario flotante; la Internacional Art Series de Sídney es en noviembre-enero en el Museo de Arte Contemporáneo de Australia y en la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur. Y, por supuesto, las celebraciones mundialmente famosas de Nochevieja de Sídney son dignas de ver.

El evento más importante de todos es el Vivid Sydney (26 de mayo a 17 de junio). Arte, comercio y tecnología se entrecruzan por toda la ciudad, donde se suceden discusiones y debates, actuaciones musicales y colaboraciones de todo tipo. Una de las maneras más emocionantes de vivirlo todo es en barco desde el puerto de Sídney y por toda la ciudad, incluyendo la Ópera de Sídney, donde todo se ilumina durante 23 noches consecutivas.


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