48 horas en Granada: el fin de semana perfecto
Según datos de 2015 publicados por el INE, después de Madrid y Barcelona (las dos grandes ciudades españolas), Granada es la tercera ciudad con más visitantes del país. Por algo será...
Granada es una ciudad fascinante. Emocional. Imprescindible. Durante más de siete siglos, Granada estuvo sometida bajo el califato musulmán. Está repleta de cultura árabe. Pero no solo está La Alhambra, Patrimonio Mundial de la UNESCO. Cuenta también con patios, calles y mezquitas que son una maravilla. Es una ciudad para escaparse.
Puedes llegar por tierra, mar o aire
El aeropuerto de Granada-Jaén se encuentra a 15 kilómetros de la ciudad. De todos modos, mucha gente prefiere volar a Málaga (es más barato) y después viajar en autobús a Granada. Pero el tren también es una magnífica opción, puesto que la estación Los Andaluces se encuentra en el centro de la ciudad. El Talgo tarda unas 5 horas y media desde Madrid. Y Sevilla está a unas 4 horas.
Por carretera, tanto en coche como en autobús, existen muy buenas comunicaciones desde el resto de España. Tal vez es buena idea si sales desde una ciudad no muy alejada. El barco no es un medio muy habitual para llegar a Granada, pero es una posibilidad: el Puerto de Motril está a 70 kilómetros escasos.
Qué hotel elegir
Opción barata: esta es una oportunidad para presupuestos ajustados. Ojo al colorido exterior de las baldosas del Hostal La Ninfa en la Plaza Campo del Príncipe, con habitaciones rústicas y dobles desde 40€, solo alojamiento.
Opción con vistas a La Alhambra: El Solar Montes Claros es increíble. En pleno barrio de Albaicín, con habitaciones muy cómodas y vistas impresionantes a La Alhambra. Muy bien ubicado para caminar por la ciudad. Buena reputación. Gran relación calidad-precio.
Al llegar, un restaurante para cenar el viernes por la noche
Este es un plan para gourmets. Ya sabemos que Granada es sinónimo de tapas, pero queríamos recomendar un buen restaurante para quienes busquen algo más que una tapa: el Restaurante El Claustro.
Situado en el claustro de un antiguo convento (en la foto), en pleno centro de Granada, lo que te permitirá que si llegas el viernes por la noche, ya tarde, puedas dejar las cosas en el hotel y comenzar el viaje con una cena de lo más exquisita.
Una sugerencia: pedir el remojón granadino, una ensalada típica andaluza con bacalao y naranja.
Qué hacer el sábado
Desayunar leche rizada: el Café Fútbol (Plaza Mariana Pineda, 6) con más de un siglo de historia es famoso por su chocolate con churros y, sobre todo, por su leche rizada. Es un descubrimiento genial para empezar el día. La leche rizada es una especie de batido-helado-granizado de leche y canela, aromatizado con cáscara de naranja es una auténtica delicia. Se parece mucho a un helado de leche merengada pero con muchísima menos grasa.
Paseíto por el centro histórico: comenzamos visitando la Catedral (cierran a las 18:45h). En pleno centro, se trata de la primera iglesia renacentista construida en España, obra de Diego de Siloé. De entrada, hay que estar bien atento a todos los detalles que ofrece su fachada exterior. Por 5€ podremos visitar el interior con una detalladísima audio-guía que nos explicará la historia de todas sus capillas, retablos, cuadros, imágenes religiosas, órganos y vidrieras.
Ir de tapas es sagrado: caracoles guisados, patatas a lo pobre, pescados rebozados, migas, embutidos, quesos, pinchos de carne, albóndigas, gambas, coquinas... todo en Granada es susceptible de transformarse en una tapa. Ya que estás en el casco histórico, nuestro consejo es probar el Bar Los Diamantes (Calle Navas, 28). No te impresionará a primera vista, la verdad. La entrada es más bien tosca. Pero, como siempre, lo que importa es la parte interior de las cosas. En este bar todavía más. Las tapas de pescado –siempre fresco– quitan el sentido. Aunque tampoco hay que descartar las excelentes tapas de mollejas.
3 horas para conocer La Alhambra: este monumento, lo sabes, es excepcional. No puedes ir a Granada y no ver la Alhambra. Es lo primero. En 2015 fue uno de los monumentos más visitados de España, recibiendo casi 2,5 millones de visitantes. Podrías estar toda la vida admirándola. Tiene una superficie amurallada de 104,697 m², entre jardines, ciudad, fortaleza militar, palacios y torres. A ello hay que sumarle los 117,378 m² del Generalife, el palacio de verano de los sultanes granadinos, que incluye un Palacio, jardines y huertas.
Si tienes poco tiempo, nuestro consejo es que hagas la visita por la tarde con un guía (hay muchas opciones, en general hay muy buenos profesionales). Vale la pena entender en profundidad el significado histórico de esta maravilla arquitectónica. El recorrido se puede hacer en 3 horas aproximadamente. De hecho, dicen que esa es la duración mínima de una ruta por La Alhambra. Aunque luego, si consideras que necesitas más tiempo, puedes utilizar tu entrada para quedarte todo el tiempo que quieras paseando por el recinto.
Espectáculo nocturno de Flamenco en las cuevas: el Barrio del Sacromonte está situado sobre la colina de Valparaíso, una de las colinas que conforman Granada, llamada por ello “ la ciudad acrópolis”. Las cuevas del Sacromonte se empezaron a habitar a finales del siglo XV por judíos y moriscos que aprovecharon las cuevas naturales que ya existían. A partir del siglo XVI los gitanos se asentaron en ellas y es ahí donde continúan celebrando sus fiestas flamencas de cante y baile. Aquí nació la tradicional zambra, con bailes y cantes autóctonos que aun se disfrutan cada noche.
Lo ideal es visitarlo al caer la noche, un paseo en el que podrás ver varios locales de flamenco y cuevas que son ahora lugares donde poder cenar tranquilamente también. Las zambras más famosas son la de Los Tarantos, la de María la Canastera o la Venta del Gallo.
Qué hacer el domingo
Teterías árabes y dulces morunos: una manera de pasar la mañana en Granada es descubrir las teterías árabes. Podrás encontrar gran variedad de ellas en la Calle Calderería Nueva, también conocida por la Calle de las Teterías. Además del aroma y de los deliciosos tés, disfruta de los dulces morunos. Hemos descubierto la tetería Ábaco Té. Es nuestra sugerencia. No es de las tradicionales, tiene una decoración de estilo moderno, pero sin duda es la que tiene una de las mejores cartas de tés. Y ojo, increíbles sus creps.
Callejear por Albaycin: este barrio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, que destacó el “rico legado de la arquitectura árabe con la que armoniosamente se combina la arquitectura tradicional andaluza”. El objetivo aquí es caminar, observar y sentir la historia. Sus calles son laberínticas. Hay que perderse por ellas y descubrir sus plazas y los cármenes, que son las casas típicas granadinas con su pedacito de jardín y su huerto. Se puede comenzar con el encantador el Paseo de los Tristes y subir la colina hasta alguna de las paradas obligatorias: Plaza Larga, Plaza de San Miguel Bajo, Carmen de los Chapiteles, iglesias de San Cristóbal y San Bartolomé y Plaza del Salvador.
Granada desde lo alto: al final de la tarde, a continuación, vale la pena ascender hasta el Mirador de San Nicolás, una espléndida atalaya desde donde se disfruta de una de las mejores vistas de la Alhambra y Sierra Nevada. Es un lugar con mucha magia. Allí encontrarás una combinación muy peculiar de músicos callejeros, artesanos, buscavidas. No te olvidarás.
Baño árabe y masaje para relajarse: posiblemente no hay mejor manera de decir adiós –o hasta la próxima– a esta extraordinaria ciudad que con un baño relajante. Liberar tensiones, cuidar los pies, rememorar el viaje. Y hay donde elegir: existen varios hamman en Granada.
Puestos a elegir uno, nosotros sugerimos El Bañuelo (Carrera del Darro, 31; + 34 958 22 97 38). Su baño es original de la época Zirí (siglo XI). Declarado Bien de Interés Cultural, es el hamman más antiguo de la Granada musulmana, que fue restaurado a principios del siglo XX para que sus visitantes pudieran contemplar cómo era la arquitectura original de estos locales hace diez siglos.
Y si tienes un hueco, excursión a Sierra Nevada: está a 31 kilómetros de la ciudad de Granada. Si te ha quedado algo de tiempo, o dispones de algún día más, te aconsejamos acercarte a las montañas. Es un plan muy apetecible si viajas con niños. Eso sí, hay que abrigarse un poco.
Piensa que Sierra Nevada no solo es una estación de esquí, es mucho más. Solo como muestra de su majestuosidad, en el Parque de Sierra Nevada –que es reserva de la Biosfera– decir que están el Mulhacén, el pico más alto de la Península Ibérica con 3.478,6 metros de altitud, así como el Pico Veleta, con 3.392 metros. Aparte del esquí, es un lugar idóneo para respirar aire puro, practicar el senderismo y hacer excursiones en bici.