Guía de Escocia (Tierras altas y Edimburgo)
Escocia es un cuento de lagos, carreteras solitarias, acantilados de vértigo y paisajes que quitan el hipo. Una perfecta sinfonía entre naturaleza estremecedora y paseos de piedra. Escocia es un atardecer desde lo alto de una colina, una tromba de agua en el mes de agosto, una cena romántica al calor de la chimenea. Es esa Caledonia en la que leyenda y realidad parecen haberse aliado para siempre.
Sin más rodeos, te invitamos a descubrir su magia.
Piérdete entre la belleza de las Tierras Altas
Probablemente todo viaje por las highlands de Escocia comience en ese punto igual de misterioso que el origen de estas tierras: el Lago Ness. Eterna fuente de misticismo, este lago de forma alargada junto al Castillo de Urquhart, que vigila día y noche sus aguas, te invitará a sumergirte en un cuento de princesas y dragones.
El camino continúa rumbo al oeste. Concretamente hasta la Isla de Skye, donde su indomable belleza promete cautivarte a cada paso. Visita el pintoresco pueblo de Portree, toda una postal de casitas de colores con acantilados de fondo, y siéntate a mirar el mar desde uno de sus pubs con encanto. Las almas aventureras tendrán una cita pendiente en la península de Trotternish, donde el paisaje alcanza increíbles niveles de dramatismo.
Impredecibles e indomables, las Tierras Altas regalan un sinfín de instantáneas en el camino. ¿Su punto álgido? Glencoe: un valle glaciar que te dejará sin palabras durante los 20 minutos de trayecto en coche. Aquí el silencio es arte…
Edimburgo, un paseo entre colinas y callejuelas
Se dice de la ciudad de Edimburgo, que al igual que Roma, fue construida sobre siete colinas. Medieval, misteriosa y siempre dispuesta a alegrar una cena en cualquiera de sus pintorescos pubs, la capital escocesa derrocha energía a raudales. Empieza tu visita desde las alturas de la cinematográfica Calton Hill, conocida como la Atenas del norte, y si te sientes con energía, anímate a subir a lo alto de Holyrood Park. Si has leído la novela de David Nicholls, One Day, te gustará tomarte tu tiempo para soñar despierto sobre los tejados de la ciudad…
Ya con los pies en el suelo, piérdete por los rincones de la Old Town para sentir la verdadera esencia de Edimburgo. Su castillo, la catedral de San Giles, sus cementerios plagados de fantasmas, sus callejuelas laberínticas o sus pubs legendarios (no te pierdas una sesión de música en directo en The World´s End).
Somos conscientes de que toda aventura escocesa debe terminar en un pub. Por eso, ¿qué mejor escenario que Glasmarket para disfrutar de una pinta y retar al paladar a un plato de haggis? Una vez superada la prueba, el buen humor escocés está garantizado.