Guía para viajar a Viena en plan sibarita (dormir, comer y experimentar)
Definición de la RAE: Sibarita: [persona] Que es aficionado al lujo y a los placeres caros y refinados. La etimología de este término deriva de la ciudad de Síbari y, más concretamente, de la antigua colonia griega de la que toma el nombre, Sibaris, famosa por la vida lujosa y regalada de sus habitantes.
Y si existe una ciudad diseñada para viajeros con espíritu sibarita, esa es sin duda Viena, la capital de Austria. Una ciudad glamurosa donde las haya, ideal para viajar unos días o escaparse un fin de semana. Históricamente fue el hogar de la realeza durante siglos y ahora conserva una elegancia discreta y un estilo de vida sutilmente refinado.
Esta guía precisamente pretende conducirte por la genuina Viena, la del lujo, el buen gusto, el placer de las pequeñas cosas, la belleza, la autenticidad, la pasión por lo eterno, la tradición.
Volar desde España
Como ya hemos afirmado anteriormente, Viena no es una ciudad precisamente barata. Y cuando aterrizas, te das cuenta en el acto. El Aeropuerto Schwechat está a 18 kilómetros al sudeste de la capital austríaca Viena. En el 2006 se comenzó con la construcción de la nueva terminal ultramoderna Skylink, construida en hormigón, acero y vidrio negro y donde disponen de una oferta gastronómica muy recomendable, sobre todo un asiático y una vinacoteca.
En Travelzoo hemos estado buscando billetes de ida y vuelta para los próximos meses —entre abril y junio, una magnífica época para viajar a Viena— y hay disponibilidad desde solo 30€ en función de la ciudad de salida.
El lujo de la tranquilidad en Spittelberg
Si lo pensamos bien, el verdadero lujo de una ciudad como Viena no es solo la arquitectura, ni la música clásica, ni la cocina, sino la atmósfera tranquila y silenciosa que se respira caminando por sus calles. Es una ciudad majestuosa, con amplias avenidas, callejuelas con encanto, plazoletas que evocan un pasado glorioso.
Spittelberg (situado en una colina y de pasado campesino) es una muestra de esa calma agradable que reina en Viena. Se sitúa en el séptimo distrito vienés (Neubau) y adentrarse en él es como sumergirse en un pequeño pueblecito, sin coches ni bocinazos, con sus calles empedradas, sus casas del siglo XIX... Vale la pena darse un agradable paseo por Burgasse, Breite Gasse, Sigmundsgasse y Mariahilfer Strasse, de ambiente bohemio, tomarse un café, ir al teatro o a una galería de arte o comer en alguno de sus estupendos restaurantes. Ojo, recuerda que allí se celebra uno de los mercadillos navideños más populares del país.
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Dormir en el hotel de la tarta Sacher
Por si no lo sabías, Viena se divide en 23 distritos. El distrito 1 es el Innere Stadt, el centro histórico. Del 2 al 9 son los más próximos al centro, pues se sitúan en torno al Ringstrasse. Dependiendo de tu presupuesto, lo suyo sería reservar un hotel en alguno de estos 9 distritos, especialmente el Innere Stadt aunque también en Wieden, Mariahilf o Neubau. Afortunadamente, hemos elaborado una guía que te permitirá orientarte como si fueses un vienés más.
Incluso si nunca has estado en Viena, posiblemente habrás oído hablar de Sacher-torte, la tarta Sacher. Junto al Apfelstrudel (strudel de manzana), los Buchteln (bollitos rellenos de mermelada) o el Kaiserschmarrn (crepes dulces y gruesas), este rico pastel de chocolate negro y albaricoque es el postre más simbólico de Viena. Se elabora utilizando una receta secreta y, aunque existen imitaciones, la auténtica versión —creada por Franz Sacher en 1932— únicamente se puede probar en el café del Hotel Sacher. Este hotel es la mejor experiencia del Viejo Continente, con su vestíbulo con paneles de madera oscura y porteros ataviados de rojo. Las habitaciones varían desde lujosamente tradicionales, con techos altos llenos de candelabros, hasta almohadas modernas con vista al Staatsoper. Eso sí, una noche ronda los 300€-400€.
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¿Un café para empezar el día?
Tomarse un café en Viena es algo más que una forma de comenzar el día. Es algo trascendental, es un ritual, una parte de la intrahistoria europea. Grandes intelectuales como Freud, que tomaba su melange (parecido al capuccino), Karl Kraus, Arthur Schnitzler, Peter Altenberg, Stefan Zweig o Adolf Loos lo han hecho durante siglos. Declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco, las cafeterías históricas de Viena son imprescindibles.
Verás muchísimas opciones de cafés tradicionales en el casco antiguo, desde el legendario y ahora turístico Café Central hasta las tortas del Café Imperial, pero si tenemos que decantarnos por uno, sin duda sería sentarse a tomar un café acompañado por unos deliciosos buchteln del café Hawelka.
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Ruta del Modernismo
Todos sabemos lo fabulosa que es la arquitectura vienesa. Te quedas completamente embelesado al observar las fachadas de sus palacios imperiales y la majestuosidad de sus amplias avenidas. En el siglo XIX los artistas modernistas austríacos quisieron dejar su huella más allá del clasicismo imperial. Otto Wagner lideró esta corriente arquitectónica en Viena. Józef Hofmann, Adolf Loos o Joseph Maria Olbrich son otros representantes destacados de la corriente modernista. Y así, la ciudad está repleta de obras modernistas que merecen una ruta con mapa en mano: la estación de metro de Karlsplatz y el puente, la iglesia de Steinhof, el edificio de la Secesión, la Caja Postal de Viena, la Looshaus, la Majolikahaus...
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La fantasía de la casa Hunderwasser
Si existe un edificio diferente y especial en Austria y en su capital es este: la casa Hundertwasser (Kegelgasse 37-39 en el distrito 3). Uno podría pensar que es de Gaudí, pero es un proyecto del artista Friedensreich Hundertwasser. Se trata de un edificio de viviendas cuya singularidad reside en que sus habitantes tienen el derecho a decorar la parte de la fachada que rodea las ventanas a su gusto, con lo que el colorido exterior es realmente asombroso. Por cierto, en el Kaffeehaus Kunst und Café, en los bajos, puede verse una película gratis en la que el autor muestra su casa en persona.
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Relax en la playa del Danubio viejo
La ciudad de Viena nació a orillas del Danubio. Los vieneses lo usan para todo, es el centro de sus vidas; allí se relajan, juegan, hacen deporte, van en barca o bicicleta y hasta se bañan en verano, sobre todo en la playa de Gänsehäufel (mide 2 kilómetros de largo) donde incluso disponen de una piscina de olas. Actualmente el río está dividido en cuatro partes: el Donau Kanal, el canal que pasa por el centro; el Donau, la corriente principal del río; el Neue Donau, la parte nueva construida en los años 70; y por último el Alte Donau, un oasis natural.
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Ir a ver la mayor colección de Klimt en el mundo
Como sabes, la lista de museos en Viena es casi infinita. Hay más de 100 sin contar las galería de arte. Y cuando hay mucho que ver, lo más aconsejable es establecer prioridades. El museo más interesante de Viena es el Belvedere. Fue inaugurado en el año 2007 dentro del palacio con el mismo nombre. El gancho más llamativo y la razón por la que siempre está a rebosar es la obra “El Beso” de Gustav Klimt, donde, por cierto, se encuentra la mayor colección de este artista. Sin embargo, no hay que olvidar su excepcional colección que recorre prácticamente toda la Historia del Arte, desde la Edad Media hasta la actualidad, con cuadros eternos de pintores como Monet o Jaques-Louis David y su “Napoleón cruzando los Alpes”.
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Restaurantes para paladares finos
Está claro que en Viena cuidan el paladar de sus visitantes. Podríamos incluso afirmar que lo veneran. El centro está repleto de sugerencias para comer de fábula. Sin embargo, si existe una verdadera experiencia culinaria en la ciudad es el Steirereck, uno de los mejores restaurantes. No es una valoración subjetiva, lo demuestran los hechos: nada más y nada menos que 2 estrellas Michelin, la décima plaza en la lista de los cincuenta mejores restaurantes del mundo de 2017 y una ubicación privilegiada en el que está considerado uno de los más bellos lugares del centro de Viena: el Wiener Stadtpark.
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O salchichas en Bitzinger
Y para el que no cuente con mucho tiempo para sentarse en una mesa y deleitarse con dos o tres platos, recomendamos acercarse al puesto de Bitzinger y comerse alguna de las variedades clásicas Bratwurst, Burenwurst, Käsekrainer, Sacherwürstl y Waldviertler, así como perritos calientes, sándwiches tipo Bosna y las picantes Teufelsgriller. Es el lugar ideal para empezar una visitar la Albertina, por ejemplo, con el estómago lleno. Los precios son asequibles y el sabor decente.
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Naturaleza en el Parque Volksgarten
Volksgarten se traduce como “el Jardín del Pueblo”. Aparte de las exquisita arquitectura de Viena, es aconsejable darse una vuelta por este parque urbano, una rosaleda con más de 3.000 ejemplares y el jardín botánico de nueve hectáreas de extensión. Allí está la estatua de mármol de Sissi (la emperatriz Elisabeth) y el Templo de Teseo. Forma parte del Palacio de Hofburg y se construyeron sobre las antiguas murallas, destruidas por Napoleón en 1809.
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De shopping por el Goldenes Quartier
El llamado "barrio de oro" es el primer distrito en el casco histórico y un lugar ideal para aquellos viajeros que quieran dedicar unas horas a ir de tiendas. Existen pocas zonas comerciales en Europa con tantos escaparates de diseñadores internacionales: desde Alexander McQueen hasta Armani pasando por Vivienne Westwood, Mäannersache o Yves St Laurent. La exclusividad es la seña de identidad de este barrio, donde puedes caminar sin coches por Tuchlauben, Bognergasse y Am Hof entre fachadas con mucha historia. Para los amantes de las joyas, hay que ir a Kohlmarkt, una histórica calle donde reinan las joyerías internacionales como Tiffany, Chopard y Cartier.
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Asistir a una ópera de Beethoven
Ludwig van Beethoven nació en Bonn, pero a los 17 años viajó hasta Viena, donde se formó como músico y murió a los 57 años. Este año 2020 justamente se cumple el 250º aniversario de su nacimiento y la ciudad de Viena tiene preparada una gran cantidad de homenajes, conciertos y todo tipo de actividades. Entre ellos, merece la pena asistir a la única ópera que compuso este genial artista, "Fidelio o el amor conyugal, y que se representará en la Ópera Nacional y en el Theater an der Wien, en cuyo escenario se estrenó en una versión de tres actos el 20 de noviembre de 1805.
Tomar una cerveza en un pub
Los vieneses son unos apasionados de la cerveza y es muy difícil no acertar cuando pides una en un pub: ya sea Stiegl, Murauer y Wieselburger y, sobre todo, Ottakringer, la local por excelencia. Si puedes, evita el área turística alrededor de Schwedenplatz y Rotenturmstraße en el distrito 1, y mejor prueba en una taberna tradicional: un Gastwirtschaft o Gasthaus. Buenos ejemplos son Rohrböck en el cuarto, Wratschko, en el séptimo o Zur Eisernen Zeit, en el Naschmarkt en el sexto en el mercado popular. El pub del canguro (Kanguruh Pub) es también una formidable decisión, con una carta de 200 referencias de barril procedentes de Austria, Alemania, Holanda o Bélgica. Este local oscuro de lámparas decimonónicas y velas sobre las mesas recuerda a una tasca medieval. Y si lo que prefieres son cócteles, no te pierdas The Sign en el noveno distrito.
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Si después de este post estás preparado para descubrir todo el lujo y la grandeza que depara la capital austríaca sin renunciar al mejor precio, no te pierdas nuestra selección de ofertas de hotel + vuelo.