Playas españolas donde disfrutar de un baño (casi) a solas
Todos estamos de acuerdo: estamos deseando volver a viajar. Sentir de nuevo la emoción de elegir un destino, planear rutas e itinerarios, reservar hoteles, buscar restaurantes y hasta de hacer la maleta… Todos esos pequeños momentos que antes dábamos por sentado y que ahora echamos tanto de menos.
En Travelzoo queremos volver a vivir todas esas emociones y, ahora que se acerca el buen tiempo y las restricciones de viajes en las diferentes comunidades autónomas se van relajando, queremos darte ideas y proponerte alternativas de lo más interesantes para que disfrutes del veranito al máximo. Pero eso sí, siempre con prudencia y responsabilidad.
Y para ayudarte a conseguirlo, hoy queremos compartir contigo algunos de los secretos mejor guardados de nuestro litoral, recomendándote un baño en las playas "casi" secretas de España, aquellas en las que mantener la distancia social de seguridad no será ningún problema.
Cala Fonda en Tarragona
Viajamos hasta la provincia de Tarragona para descubrir un pequeño paraíso llamado Cala Fonda, más conocido por los locales como Playa Waikiki. Este es uno de esos lugares donde se puede disfrutar de uno mismo, ya que rara vez te encontrarás con personas a tu alrededor.
El acceso no es del todo sencillo -ahí reside el encanto- ya que para llegar deberás atravesar el frondoso bosque de La Marquesa. Eso sí, una vez en la cala podrás nadar casi a solas, leer durante horas sin escuchar un ruido y comer tranquilamente bajo uno de los pinos que rodean la playa.
Este espacio natural protegido llega hasta la Punta de la Mora, una de las partes más bellas del litoral tarraconense, caracterizado por acantilados rocosos y playas vírgenes de arena dorada.
Sugerencia de alojamiento: a unos 4 km de esta cala y en pleno centro histórico de la villa medieval de Altafulla, encontramos el Hotel Gran Claustre, un 4* ideal para desconectar unos días y disfrutar de su terraza en la azotea con vistas al mar y al Castillo de Tamarit, su coqueta piscina y su restaurante especializado en cocina de proximidad.
Cala Taballera en Cap de Creus, Girona
Para visitar esta cala perdida de Girona, en Cataluña, hay que caminar alrededor de una hora. Un paseo que bien merece la pena cuando uno llega y descubre sus aguas turquesas poco profundas, el espectacular entorno rocoso y la gran calma de la que se puede disfrutar en este rincón casi paradisíaco de la Costa Brava.
Casi desierta hasta en los meses más calurosos del verano, a Cala Taballera se llega caminando tranquilamente por los senderos del Parc Natural del Cap de Creus, un agradable paseo de 6 kilómetros desde la localidad pesquera de El Port de la Selva. Te lo aseguramos: las vistas al mar Mediterráneo durante la caminata casi quitan la respiración.
Desde el camino que sale del pueblo en dirección a la playa también se puede acceder a la bonita Cala Talabre, a la ermita de Sant Baldiri y al monte del Moro. Se trata de una playa casi perdida, no dispone de servicios y cuenta con una pequeña zona nudista.
Sugerencia de alojamiento: situado en el cercano pueblo de Port de la Selva, desde donde emprender el camino hacia esta cala, el Hotel Spa Cap de Creus es un alojamiento 4* situado frente al puerto y equipado con Spa y restaurante-pizzería, entre otros.
La Playilla en Peñíscola, Castellón
Aquellos que pensaban que en la costa de Levante no había calas escondidas con aguas cristalinas es que nunca habían visitado La Playilla, situada en la maravillosa Sierra de Irta.
Y es que aún poco transitada, esta parte del litoral de Castellón es una de las últimas zonas vírgenes de la Comunidad Valenciana. Merece la pena por sus playas salvajes, los vertiginosos acantilados con vistas al mar y las colinas de arena que parecen terminar donde el horizonte.
Para llegar a La Playilla hay que recorrer un bonito -pero algo tortuoso- sendero a pie. Los amantes de la fotografía disfrutarán al máximo, ya que el paseo ofrece impresionantes panorámicas del Mediterráneo entre abrupta vegetación.
En esta playa de arena oscura y aguas transparentes encontrarás cuevas naturales cavadas sobre la propia roca. Un lugar realmente único donde perderse para desconectar es casi una obligación.
Sugerencia de alojamiento: el RH Don Carlos & Spa 4* se encuentra a tan solo 200 metros de la playa Norte y a 15 minutos a pie del Castillo de Peñíscola. Ofrece piscina en la azotea con vistas a la ciudad, Spa y restaurante especializado en cocina mediterránea. La Playilla queda a escasa media hora en coche.
Cala de San Pedro en Cabo de Gata, Almería
El Parque Natural del Cabo de Gata esconde un paraíso natural de calas en las que el tiempo parece haberse detenido. Entre ellas, tenemos que destacar la Playa de San Pedro, una calita de apenas 300 metros de longitud donde el aislamiento está casi asegurado.
A este paraíso de fina arena blanca y mar cristalino solo puede accederse caminando 30-40 minutos a través de un sendero, o en barco desde la cercana localidad de Las Negras. Es un lugar casi mágico donde además reside, de forma permanente, una pequeña comunidad hippie que acoge con los brazos abiertos a todos los visitantes ocasionales.
Se trata de una cala naturista donde es posible pasar la noche. Una experiencia inolvidable para los tranquilos días de verano, en los que solo te acompañará el sonido de las olas, la suave brisa del mar y las notas de la guitarra de algún músico improvisado. Sin duda, el lugar ideal para perderse.
Sugerencia de alojamiento: situado en el pueblecito de Las Negras, dentro del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, el Hotel Spa Calagrande Cabo de Gata es la base ideal para visitar la zona y disfrutar de un chapuzón en su piscina o de un baño relajante en su jacuzzi con vistas al Cerro Negro.
Playa del Cañuelo en Zahara de los Atunes, Cádiz
En la costa de Andalucía aún quedan lugares perdidos, secretos de los lugareños, donde uno puede cerrar los ojos y escuchar solamente las olas del mar. La Playa del Cañuelo, en Cádiz, es uno de ellos.
A este rincón repleto de intimidad solo se puede llegar dando un paseo de aproximadamente un kilómetro. Un paseo entre pinares que viene totalmente recompensado por las vistas que se encuentran abajo.
Su ubicación, dentro del Parque Natural del Estrecho, la convierte en una playa auténticamente virgen. En ella no encontrarás duchas, ni chiringuito, ni masas de personas tumbadas en la arena. A cambio disfrutarás -casi en solitario- de arena dorada y aguas cristalinas totalmente en calma. Una auténtica joya de la costa gaditana.
Sugerencia de alojamiento: el Melia Atlanterra 4* se encuentra frente al mar y ofrece acceso directo a las playas de arena blanca de la bahía de La Plata. La Playa del Cañuelo queda a menos de 15 minutos en coche, mientras que la famosa localidad de Zahara de los Atunes está a solo 6 minutos.
Praia de Ponzos en Ferrol, A Coruña
Uno de los secretos mejor guardados de Galicia tiene nombre propio y está escondido en la provincia de A Coruña: la Praia de Ponzos. Y es que para todo aquel que no conozca la zona, seguramente le resultará difícil saber de este tesoro bien guardado en el área de Ferrol. Eso sí, todos los que ya la han visitado, siempre quieren volver.
Destino de peregrinaje de todo surfista que se precie -Ponzos es famosa por su viento y oleaje en determinadas épocas del año-, lo cierto es que en verano esta playa es la mejor opción para disfrutar de uno mismo, desconectar tumbado sobre la arena blanca y bañarse en aguas tan azules que casi parecen de ciencia ficción. Se trata de una playa naturista a solo 10 km del centro de Ferrol y que además comunica hacia poniente con sus hermanas pequeñas -las playas de Medote y Sartaña-.
Sugerencia de alojamiento: a poco más de 20 minutos en coche de esta playa, encontramos el Pazo da Merced, un alojamiento donde sentirás la más pura esencia gallega. A orillas de la Ría de Ferrol y rodeado de naturaleza, se levanta este edificio del s. XVI donde el tiempo parece detenerse.
Playa de Barrika en Bilbao
Parece imposible pero, a solo 25 km de Bilbao, se encuentra una de las playas salvajes más espectaculares del País Vasco. Con 600 metros de longitud y rodeada de abruptos acantilados, Playa de Barrika es todo un regalo para los sentidos.
Aunque en esta playa son asiduos los surfistas y naturistas -se trata de una zona habilitada al nudismo-, en ella se puede disfrutar de una relajación total, ya que su amplitud permite mantener la distancia y en ella se respira el buen ambiente.
A diferencia de las anteriores, el descenso a este precioso arenal que se encuentra abierto al mar no es tan complejo, ya que se puede llegar a través de unas escaleras que facilitan el acceso.
Como curiosidad decir que a solo 2 km de distancia os encontraréis con la Playa de Muriola, conocida por propios y foráneos por haber sido escenario de algunas escenas de Juego de Tronos.
Sugerencia de alojamiento: el Hotel Ercilla Embarcadero se encuentra a menos de 15 minutos en coche de la Playa de Barrika, pero en el mismo centro de la localidad costera de Getxo. En esta antigua mansión vasca de Las Arenas, podrás olvidarte de todo apenas llegues y sus habitaciones con decoración de los años 20 te transportarán a otros tiempos.
Playa del Silencio en Castañeras, Asturias
Seguimos nuestra ruta por la costa del norte para descubrir una de las joyas del Cantábrico: la Playa del Silencio. Con forma de concha y rodeada de impactantes acantilados de roca vertical, este tesoro asturiano -también conocido como "El Gavieiru"- es uno de esos lugares donde encontrar la inspiración.
Haciendo honor a su nombre, en esta playa salvaje es imposible no desconectar. Solo se puede acceder a pie o en bicicleta a través de un sendero forestal de medio kilómetro de distancia aproximadamente.
La Playa del Silencio forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Occidental y es un espacio totalmente virgen. Los amantes del buceo lo pasarán en grande sumergiéndose en sus aguas transparentes. Eso sí, como en muchas playas de la costa Cantábrica hay que tener cuidado con la marea, ya que cuando está alta la zona de arena desaparece.
Sugerencia de alojamiento: ubicado en una casa colonial rodeada de jardines y con vistas al mar en plena ruta del Camino de Santiago, el Hotel Rural Playa de Aguilar 4* es el refugio ideal para visitar algunos de los mejores enclaves asturianos como la Playa de Aguilar (a 10 min caminando), Cudillero (a 10 min en coche) o Gijón (a 35 min en coche). La playa del Silencio se encuentra a poco más de 20 minutos.