¿Qué es el todo incluido? 10 razones para elegirlo

29, 04, 2019

Para empezar: ¿qué es el todo incluido?

Las dos palabras lo dicen todo. Pagas una cantidad de dinero determinada y a cambio te dan un régimen de alojamiento en el que se incluyen todos los servicios del establecimiento (también es muy típico en los cruceros):

  • La habitación
  • Las comidas: desayuno, comida y cena
  • Todas las bebidas, es decir, barra libre
  • Los servicios del hotel: piscina, guardería, etc.

Así debería ser, pero no siempre lo es. Muchos hoteles ofrecen el todo incluido, pero luego tienes que pagar extras por algunos servicios concretos. Por ejemplo, el spa o el golf. Otras veces no te incluyen ciertas categorías de bebidas como las alcohólicas o bien una marca de vino muy cara, etc. Ah, y en la mayoría de los casos, no se incluyen las propinas a los trabajadores del hotel.


Entonces, ¿qué régimen de estancia elijo?

Lo que sí está claro es que, como mencionaba antes, el Todo Incluido debe incluir todo lo básico: habitación, desayuno, comida, cena y bebidas. Si solo incluye habitación sería Solo Habitación (SH) o Room Only; si incluyen Alojamiento y desayuno (AD) pues eso, el típico Bed and Breakfast; cuando tienes la habitación, el desayuno o la comida o la cena –uno de los dos– es Media Pensión (MP); y si incluyen tanto la habitación como el desayuno, la comida y la cena es la Pensión Completa (PC).

Algunos ejemplos de ofertas de hotel en diferentes regímenes:


Comprueba qué incluye exactamente el Todo Incluido

Esto es fundamental antes de decidirse por un alojamiento u otro. Si no, luego puedes llevarte alguna sorpresa desagradable. Algo en lo que hay que fijarse con detenimiento, sobre todo si es un viaje de esos largos, son las excusiones al exterior del hotel. Pongamos que viajas a Fuerteventura y quieres ir a un parque acuático. Aunque quieras relajarte, en muchos casos, merece la pena salir del hotel e ir a explorar el destino, sea el que sea. Bastantes veces estas excursiones no forman parte del todo incluido porque están gestionadas por agencias externas (y suelen ser precios altos), por lo que es recomendable cerciorarse antes de pagar nada, punto por punto, sobre lo que incluye y, sobre todo, lo que no y, en consecuencia, cerrar al máximo el presupuesto final del viaje.

Foto de Simon Migaj en Unsplash

 

Los detalles son importantes

Aparte de las excursiones o las actividades del hotel (ejemplo: un hotel tiene spa, al que accedes gratis con el todo incluido, pero luego podrían cobrarte un extra por los tratamientos o masajes específicos), también es clave confirmar si el traslado desde el aeropuerto está incluido en el precio final. Después hay pequeños detalles que hay que considerar para no tener un sobre coste: las propinas es uno, la conexión Wi-Fi, o los productos de cosmética en general son otros detalles. Piensa que las tiendas de algunos establecimientos suelen ser verdaderamente caras.

Foto de Simon Migaj en Unsplash

¿Cómo funciona?

La verdad es que te lo ponen todo muy fácil. Se trata de que encuentres cero inconvenientes mientras te muevas por el interior del hotel. En realidad, el objetivo es que te sientas tan a gusto que no quieras salir del hotel. Y para que eso sea así, te suelen colocar una pulserita. Es como el gran poder del cliente. En principio te da un “poder” ilimitado (o casi) a todos los servicios. Cuando llegas a recepción para hacer el check-in te la darán y la llevarás durante toda tu estancia hasta que salgas por la puerta. Es la forma con la que te identificarán. De hecho, en la mayoría de los casos, tiene validez en otros hoteles de la cadena. También es importante tener en cuenta que hay distintos tipos de pulseras (suelen variar en el color), según categorías – incluye alcohol o no, o si son menores de edad, chófer...-. Por cierto, en general, esas pulseras son magnéticas y tienen asociada una cuenta del cliente para cargar todo aquello que no entra en el Todo Incluido. Hay que vigilar.


Moderación

Una sugerencia muy saludable es no intentar amortizar al máximo el billete de Todo Incluido. Hay personas que se llenan el plato hasta los topes y repiten sin cesar porque piensan que así les saldrá a cuenta (o ganarán dinero) por lo que han pagado; o incluso se sientan en la barra del bar y no dejan de beber con la misma intención. Eso es un error garrafal. Puede salirte el tiro por la culata. Hay casos de ese perfil de huéspedes que lo han hecho así el primer día y luego se han pasado el resto de sus vacaciones en la cama con el estómago hecho polvo. No vale la pena, en serio. Hay que comer o beber como se haría normalmente. Sin ansias.


Depende de la estancia y el destino

Este régimen no lo tienen todos los hoteles. Suelen tenerlo los hoteles grandes estilo resort, o los lujosos de alta categoría... es también una opción de estancia muy frecuente en destinos de playa, sobre todo es una experiencia muy utilizada en las islas del Caribe, Seychelles o Polinesia. En España es de un uso muy extendido especialmente cuando te escapas a la costa o bien en Canarias o Mallorca en Baleares.


Si te apetece un viaje de relax

Está claro si te decides por un Todo Incluido es porque tienes ganas de olvidarte del mundanal ruido y relajarte al máximo. Me refiero a que te olvidas de las preocupaciones del trabajo, de la vida diaria, que a veces se puede hacer muy pesada. La idea es que pagues una cantidad de dinero y te sientas como un marajá y, ante todo, no tengas más gastos añadidos, lo que significa que tu presupuesto no se debería alterar. Eso es un alivio.


O para unas vacaciones en familia

Si el viaje es con niños, el Todo Incluido es muy aconsejable, la verdad. Te metes en un recinto controlado y seguro y ya no te tienes que preocupar si tus hijos consumen más o menos. Además, los horarios suelen ser bastantes estrictos por lo que únicamente les tienes que decir que a tal hora estén en tal sitio para comer o cenar. También es interesante que estén incluidas las zonas infantiles o la guardería, puesto que de esa manera, podrás tener unos ratos libres para disfrutar en pareja o para dedicarte un poco de tiempo a ti mismo/a.

Foto de Leo Rivas en Unsplash

Si eres un viajero inquieto, mejor que no

Como decía, el Todo Incluido tiene sentido si te apetece descansar, moverte poco, hacer vida de hotel, dormir, relajarte en la piscina... si no es así, elige otras opciones que te encajen mejor. Cuando tu objetivo es que el hotel solo sea un punto donde pasar la noche porque el resto del día lo quieres dedicar a explorar el destino al que has viajado (por ejemplo, una ruta en coche por Cerdeña), lo más adecuado es que reserves alojamiento y desayuno, o bien, si no tienes pensado cenar fuera, que sea con una estancia con media pensión, que te incluirá el desayuno y la cena. Como se ve, la elección que hagas depende al final de cuál es tu forma de viajar.


Pero, ¿se ahorra dinero?

Pues en general sí. Si lo haces bien y tienes presente todos los consejos que te hemos planteado, puedes ahorrar mucho dinero. El coste por separado siempre es mucho mayor. Pero si coges un Todo Incluido y luego comes o cenas cada día fuera del hotel (créeme eso pasa), pues te saldrá la torta un pan, como se suele decir. Lo suyo es hacer cuentas. Por ejemplo, si un todo incluido te cuesta una semana 1500€, échale un vistazo a lo que cuesta por separado la habitación, luego calcula qué gasto de comidas y bebidas puedes hacer y comprueba la diferencia. No hay otro secreto.


Comprueba qué opinan otros huéspedes

Tal vez sea uno de los trucos más eficaces para decidirse a elegir un Todo Incluido. Porque como es evidente no todos los hoteles son iguales. Hay que dedicarle un poco de tiempo a averiguar qué opinan otros huéspedes que han estado en ese hotel. Una buenísima fuente es TripAdvisor. Para empezar, ver qué les parece el hotel y sus servicios, y luego buscar personas que hagan comentarios sobre el Todo Incluido, si hay alguna indicación a tener en cuenta sobre las comidas, si te dicen una cosa y luego resulta que es otra, cosas así. Aparte, no está de más echarle un vistazo a la web del hotel y sentirse a gusto con todo lo que ofrecen. Hay que tener ojo avizor.

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