Próxima parada: Sitges

23, 04, 2018

Esta información está pensada para todos aquellos que estén o lleguen a Barcelona y se conozcan muy bien la ciudad. Porque la propuesta que planteamos aquí es escaparse de la ciudad. Salir de los humos, los bocinazos y ver un poco más de cielo.

Para eso Sitges es una excelente opción.

Para empezar, porque está cerca de Barcelona: 35 kilómetros al sur. Luego porque es fácil llegar: no solo se puede llegar en coche por la autopista C-32 (si no hay excesivo tráfico, tardas una media hora), sino también en tren o autobús.


Por la mañana:

Imaginemos que has cogido el coche en Barcelona y llegas pronto a Sitges, sobre las 10h de la mañana. Lo ideal es aparcar el coche y olvidarte de él hasta que decidas regresar. Caminar es muy bueno para la salud y para la vista.

Consejo para aparcar en Sitges: hay aparcamiento publico y privado, de pago y gratuito. Nuestra sugerencia es ir por el Paseo Marítimo (todo es zona azul) hasta Terramar y girar en alguna de las calles, donde hay aparcamiento gratuito.

Lo primero que hay que hacer es recorrer a pie el paseo marítimo desde el antiguo hotel Terramar (ahora lo están reformando) hasta la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla (s. XVII). Todo un símbolo. Son 3 kilómetros de largo y fue construido en 1840. Las palmeras se trajeron en 1896 de Elche. Junto al Paseo se encuentra el monumento a la sirena.

 
 
 
 
 
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En qué fijarse a lo largo del paseo:

  1. Durante casi todo el recorrido, a un lado, se extiende el mar y unas playas muy agradables, resguardadas por el viento. De hecho, encontramos hasta 17 playas diferentes, que incluyen zonas familiares, rincones gays y, por supuesto, playas nudistas. Desde las de Terramar, más asalvajadas –muchas con piedra– hasta las de Benaprés y la Ribera.
  2. Gran parte de los edificios que ocupan la primera línea de mar son pequeñas mansiones al estilo de villas coloniales. Piensa que muchos ciudadanos de finales del siglo XIX hicieron fortuna en América y, al volver, construyeron edificios con estilo colonial: los llamaban “los Americanos”.
  3. A media mañana es un buen momento para tomarse un aperitivo en el primer chiringuito de la historia. “First chiringuito in Spain”, anuncian en la entrada. Pero no son solo ellos los que lo aseguran. En Wikipedia también los mencionan como el primero.  Sea como sea, abrieron en 1913 y le pusieron el nombre de “Chiringuito” en homenaje a la forma en que los trabajadores cubanos de la caña de azúcar elaboraban el café: con una media o calcetín haciendo de filtro que se exprimía hasta que salía un chorro o chiringuito de café. Qué pedir: aperitivos al uso como patatas chips, olivas, anchoas y    otras conservas.

Al mediodía:

Cuando llegues a la iglesia - lo llaman la punta de Sitges -, detente en el rompeolas y observa el horizonte. Produce una buena sensación de tranquilidad.

Luego ya puedes poner rumbo al Museo Cau Ferrat. Fue la casa-taller del pintor y escritor Santiago Rusiñol (1861-1931) convertida en museo público (1933) por el legado del artista en Sitges. Se considera el templo del Modernismo. Contiene las colecciones de arte de Rusiñol (forja, cerámica y vidrio), arte antiguo -El Greco- y un importante fondo de pintura y escultura de arte moderno con obras de Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Enric Clarasó, Mas i Fontdevila, Zuloaga y Picasso, entre otros.

Y el Palau Maricel (en la foto). Vale la pena visitarlo. Construido entre 1913 y 1918, es una de las joyas novecentistas de Sitges: hay que ver el Saló d’Or, el Saló Blau, las terrazas y el claustro, desde donde se aprecian unas vistas privilegiadas del Mediterráneo.

 

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Más abajo, llegarás a la Playa San Sebastián. Probablemente una de las más bonitas de Sitges ("una de las mejores playas urbanas del mundo" según el New York Times). Está al otro lado de la iglesia y parece un mundo aparte. Allí sigue el paseo, pero es más recogido.

 

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Dónde comer: te proponemos 4 opciones, como siempre, va a gustos.

  • Restaurante El Pou: opción para los paladares finos, buena materia prima, sirven tapas, excelente reputación.
  • Pizzería Cap de la Vila: un clásico en Sitges. Céntrico. Llevan 60 años sirviendo pizzas. Plan familiar.
  • La Cantonada: para algo rápido. Hamburguesas, frankfurts, patatas fritas. Ideal para llevárselo a la playa.
  • Can Laury: plan paella o arroces. Con vistas de la iglesia. Buen servicio y muy agradable. Magnífica relación calidad-precio.

Ojo, la cocina de Sitges es evidentemente mediterránea, pero uno de sus platos con más traidición y reconocimiento es el "xató", una ensalada fresquita con escarola, anchoas, bacalao y olivas bañada con una salsa de almendras y avellanas. O el arroz a la Sitgetana -un cóctel que incluye desde costillas de cerdo, hasta sepias, salchichas, almejas y gambas de la costa-.


Por la tarde:

El casco antiguo de Sitges es una maravilla. Era un antiguo pueblo de pescadores (aun se respira esa atmósfera), pero su privilegiada situación ha provocado que se convierta en una escapada obligada si estás en Barcelona (incluso si no).

Te aconsejamos que vayas por la tarde. Las tiendas gozan de una gran libertad de horarios. De hecho, a mediados de julio, celebran la Shopping Night. Las tiendas abren hasta la 1 de la madrugada con promociones especiales.

Puedes perderte tranquilamente por sus callejuelas (es pequeño) y fijarte en las ruinas de la muralla medieval, las mansiones de los indianos, la casa Miquel Utrillo, Casa O Paget,  el barrio de pescadores, el ayuntamiento, el histórico mercado viejo

Una curiosidad: Facundo Bacardí Massó, fundador de la popular marca de ron, nació en Sitges en 1814. Es por este motivo que Sitges tiene Casa Bacardí, un centro de visitas permanente instalado en el histórico Mercat Vell (mercado antiguo), un edificio modernista del casco antiguo. Casa Bacardí ofrece a los visitantes la experiencia de sumergirse en la historia de Sitges y su relación con los americanos y la familia Bacardí. Se hacen tours guiados.

Dónde cenar: Alfresco (Pau Barrabeig, 4) sin duda sería una elección acertada. Un restaurante diferente, original, atrevido. El local tiene mucho encanto, y en su terraza interior se está a muy gusto. Sus postres y carta de vinos son muy recomendables.

Salir de noche: Sitges es pequeño pero matón. Hay mucha fiesta. Una fabulosa manera de tomar el pulso a la noche es darse una vuelta por la Calle Primer de Maig, más conocida como la Calle del Pecado. Son unos 200 metros pero está a rebosar de bares, pubs y discotecas donde podremos escoger el estilo musical que más nos guste: el Pachito, Primas y Blues son nuestros favoritos.

Alternativa con coche: sobre todo cuando empieza el verano, otro punto interesante para salir de noche por Sitges es su puerto: Aiguadolç. Allí puedes cenar (hay de todo) y también tomar alguna copa. Van sobre todo los residentes. Está a poca distancia del centro, pero conviene coger el coche.

Desde allí, ya tienes vía directa para regresar de nuevo a Barcelona.

¿Ya es muy tarde y necesitas hotel? El MiM Sitges es un hotel con encanto con 4 estrellas. Suelen tener una buena relación calidad precio. Está a unos 100 metros de la playa, en el centro de Sitges. Perfecto si buscas tranquilidad.

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