Rumbo a Cuba, "mi amol": un viaje diferente a la Cuba más auténtica
Un destino recorrido por todos, sobre el que escuchaste mil historias hasta que perdiste las ganas de ir, sintiendo que ya lo conocías por completo: descapotables antiguos, música en la calle, Che Guevara, Fidel, Hemingway, playas, puros…
Sí, Cuba es todo eso (¡que no es poco!)... pero si piensas que aquí acaba la gracia, estás muy equivocado. Si en vez de contratar un viaje organizado para hacer las mismas fotos de siempre o seguir los mismos pasos que el resto de turistas, organizas tu propia aventura por libre, puedes vivir una Cuba diferente, nunca vista antes: solo la preparación del viaje será un desafío durante el cual no te aburrirás. Y si te gusta improvisar mientras viajas, no te preocupes: tendrás muchas ocasiones para practicarlo desde que pises esta increíble isla caribeña (o incluso antes).
Nuestro viaje, un viaje diferente...
... por dos motivos principales:
- Yo, Magda, y el resto de viajeros formábamos un grupo muy variado, fruto "casi" de la improvisación... 6 personas, cada una procedente de un lugar diferente (dos polacas, un peruano, una española y dos griegos) que nos juntamos en la misma casa particular en el centro de La Habana.
- Las casualidades y coincidencias… antes de incluso pensar seriamente en este viaje me dije: “tengo que ir a Cuba antes de que fallezca Fidel Castro”. Dicho y hecho: llegué a Cuba con Fidel, dejé Cuba sin Fidel… Algo que no nos hubiéramos imaginado jamás que pudiese pasar mientras estábamos allí. Por eso mismo, no pudimos ver ni vivir la "Cuba Clásica", pero sí uno de los momentos más emblemáticos de este país: 9 días de nuestro viaje sumidos en el luto nacional.
¿Cuándo ir y con quién volar?
En general, unas vacaciones al Caribe no salen caras. Suelen haber muchos vuelos. Si estás atento, puedes conseguir vuelos de ida y vuelta por 500€ - 550€. Cuba es un destino muy bueno para visitar en cualquier época del año, pero es cierto que los meses entre noviembre y abril se consideran los mejores para evitar la temporada de lluvias así como otras anomalías meteorológicas.
¿Cuánto tiempo debe durar el viaje? Mi respuesta es siempre la misma: ¡cuánto más tiempo tengas, mejor! Pero 2 semanas me parece un tiempo absolutamente necesario para poder sentir y vivir Cuba como se debe.
¿Dónde dormir?
Las casas particulares son la forma más común y auténtica para mochilear por Cuba y la mejor forma de conocer a sus gentes, personas auténticas, muy serviciales y charlatanas que, seguro, te darán "pistas" locales que no tienen precio a la hora de explorar nuevos lugares. De esta manera, ayudarás a quienes te ofrecen alojamiento, pero tu bolsillo también te lo agradecerá.
Para buscar tu casa antes del viaje, puedes echar un vistazo a una web sencilla, pero con gran variedad de alojamientos: http://www.alojamientosencuba.com/. Eso sí, ten paciencia, la respuesta suele llegar tarde, pero siempre a tiempo.
Pista: en la misma web puedes reservar el traslado desde el aeropuerto hasta la primera casa donde te alojes. Los precios son los mismos o incluso mejores que si negocias directamente en el aeropuerto (20-30 pesos por taxi).
Visado y seguro
Ambos obligatorios y muy fáciles de tramitar. La forma más sencilla es ir a la embajada / consulado de Cuba, con tu pasaporte y vuelos comprados. En un momento se puede tramitar tanto el visado como el seguro (mucho más barato que comprándolo por tu cuenta). Una vez tengas los documentos listos, los vuelos y la reserva de la primera noche, puedes empezar la aventura.
Otros temas a tener en cuenta
El dinero: en Cuba están los pesos convertibles (CUC) y los pesos cubanos (CUC).
- Peso convertible (CUC) = aprox. 1€
- Peso cubano (CUP) = aprox. 0,034€
El peso convertible se suele utilizar en servicios como los taxis, el alquiler de alojamientos, etc.
El peso cubano, en cambio, se utiliza en los negocios "más locales" o en las provincias para comprar desayunos, pagar algunas comidas, etc.
Ten cuidado de no equivocarte porque tanto la descripción de los precios como las monedas se parecen mucho entre ellas.
En todo caso, te recomendamos que al llegar al Aeropuerto de La Habana cambies un poco de dinero. A la salida del mismo aeropuerto hay dos Casas de Cambio. De ese modo, podrás pagar el taxi desde el aeropuerto y, al menos, el primer alojamiento (en CUC).
En la Habana Vieja también hay varias Casas de Cambio (por lo que pudimos ver, la que suele tener menos cola es la de la Plaza San Francisco y la que más, la de la Calle Obispo).
Internet vs. TV: en Cuba el medio más usado a nivel informativo sigue siendo la televisión. Internet es bastante caro y funciona de una forma peculiar: tienes que comprar una tarjeta prepagada con un código y, al introducirlo, tienes que dirigirte a un lugar donde llegue la señal Wi-Fi como plazas públicas o las calles más concurridas. El precio ronda entre 1€ y 2€ por hora. Nosotros no lo usamos y la verdad es que, unos días de desconexión, nos fueron de maravilla.
Nuestra ruta
Primera parada: La Habana
Nosotros optamos por alojarnos en el centro de la ciudad (para estar cerca de la Habana Vieja por un lado y del Vedado por otro). Al ser 6 personas, alquilamos la casa particular entera de una familia muy entrañable que nos dio una bienvenida de lo más cálida y que siempre estuvo atenta a cualquier cosa que necesitábamos.
En la capital no te puedes perder la caminata por La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y por sus plazas: Plaza de Armas, de la Catedral, de San Francisco, Plaza Vieja (en la misma plaza encontrarás la fábrica de cerveza, ¡prueba la cerveza con mojito!), sin olvidar la calle Obispo con la famosa Bodeguita del Medio y El Floridita.
La última noche en la capital (al terminar el viaje) nos quedamos en La Habana Vieja, ya que nos apetecía vivir la vibrante ciudad a tope al final de la aventura después de 9 días de silencio vivido por el luto nacional.
A la vez no te olvides de que La Habana tiene mucho más que ofrecer como, por ejemplo, el Vedado con su Callejón de Hamel, el paseo por el Malecón, el impresionante Hotel Nacional, el emblemático Museo de la Revolución, la imponente Plaza de la Revolución, o el “Bosque de la Habana” –selva tropical en el medio de la ciudad con el río Almendares, que forma parte del Gran Parque Metropolitano de la Habana–.
Los paseos en los famosos coches descapotables que están cerca del Capitolio son una de las atracciones turísticas que vale la pena considerar, especialmente si no tienes mucho tiempo para recorrer La Habana. La ruta pasa por El Vedado, La Plaza de la Revolución y también por la zona de Miramar (la zona residencial donde vivía Fidel Castro), la Universidad, el Gran Teatro y el “Bosque de La Habana”.
Pista: En frente del Capitolio encontrarás 3 restaurantes curiosos. Tienen la misma entrada pero cada planta corresponde a uno de ellos. El más conocido es Los Nardos –se come muy bien, en un ambiente muy agradable a y un precio muy económico.
Y no te pierdas vivir al menos una "noche callejera musical". Hay música por todas partes: bailarás con los vecinos del barrio, con los turistas y con cualquier persona que pase al tu lado. Muy recomendable dejarse llevar, pedir un ron más y seguir la fiesta.
Y si después de la fiesta no tienes muy claro qué y dónde desayunar, solo tienes que buscar las "minitiendas" –a menudo pequeñas ventanas de una casa particular (en la calle San Miguel, por ejemplo, están por todos lados)–, donde disfrutar de los mejores bocadillos de queso, tortilla o de lo que haya al mejor precio (valen aprox. 5 -10 pesos cubanos) y un café recién hecho a 1 peso. Solo sabiendo que 1 euro corresponde a unos 30 pesos cubanos (CUP), ya te puedes hacer una idea de cuánto acabarás comiendo...
¿Y las playas? Cuba, siendo Caribe, tiene el privilegio de estar rodeada de playas espectaculares. Y no tienes que irte muy lejos: incluso las playas más cercanas a La Habana, la "playas del este” como Bacuranao, Santa María del Mar, Megano o Guanabo, tienen la arena y las aguas turquesas que deseas ver. Y puedes llegar en bus en solo 30 minutos desde el centro de La Habana.
Segunda parada: Viñales
Desde La Habana, contratamos a 2 señores entrañables (tío y sobrino) que tenían un negocio familiar consistente en el alquiler con conductor de una furgoneta (parecíamos el equipo de Scooby Doo). Y, al final, viajamos con ellos por parte de la isla.
Hay que tener en cuenta que subirse en un coche en Cuba ya es una aventura en sí misma: los modelos son impresionantes, pero no siempre es fácil conseguir repuestos en caso de averías, por lo que todo viaje se puede convertir en una aventura memorable (aunque eso es otra historia que daría para otro post...)
Volviendo a la ruta, nuestra segunda parada -con tío y sobrino incluidos- fue Viñales. Salimos muy temprano por la mañana y, desde que llegamos, no dejamos de sorprendernos. Todo nos asombraba: desde los miradores panorámicos, pasando por las cuevas como la Del Indio o el Mural de la Prehistoria, hasta las plantaciones de tabaco donde se puede ver todo el proceso de elaboración de los puros y ,cómo no, degustarlos o comprarlos.
La ruta acabó con un comida en un lugar espectacular, alejado de lo turístico y con la mejor piña colada que he probado en mi vida. Es la ventaja que tiene viajar con gente local.
Tercera parada: Cienfuegos y Trinidad
Al día siguiente, salimos temprano de La Habana hacia Trinidad, pasando por Cienfuegos, llamada la “Perla del Sur”. Es una ciudad en la bahía, muy diferente del resto de las ciudades de Cuba, ya que anteriormente fue colonia francesa. Te sorprenderá su arquitectura y el “ordenado” paisaje urbano de principios del s. XIX. Calles tranquilas, muy limpias, con su mercadillo costero, invitan a pasear.
Y tras nuestra visita a Cienfuegos, nos fuimos directos a Trinidad, una de las más bonitas joyas coloniales de Cuba. Es aquí, como en ningún otro lugar, donde se siente la música y el folklore en el aire. Y, aunque está llena de turistas, no hay quien se resista al embrujo de sus encantos.
El casco histórico es precioso: calles empedradas por las que pasear entre plazas, iglesias y casitas de colores. También encontrarás tiendas de artesanía, restaurantes, bares y... alegría en cada rincón.
En Trinidad también nos quedamos a dormir en una casa particular: un matrimonio encantador, él médico y ella abogada.
Además de visitar la ciudad, tuvimos la oportunidad de probar un "cóctel" muy especial, “la cánchanchara”: ron, miel y limón, servido en un pequeño envase de barro con hielo, que solía servir de “red bull” local para los trabajadores de los campos de caña de azúcar y, en los tiempos de guerras de independencia, para los mambises.
Y, si buscas algo de relax, nada mejor que pasar el día en la cercana Playa Ancón.
Cuarta parada: Santa Clara
Estuvimos de paso, pero no podíamos perdernos el Museo de Che Guevara con su monumento y mausoleo. ¿Impresiones de la ciudad? El centro de Santa Clara es bastante ajetreado y más cuando nosotros estuvimos allí: la ciudad estaba en plena preparación del recibimiento del cortejo fúnebre, por lo que muchas calles estaban cortadas y te sentías casi "agobiado" (algo que supongo no será así en una situación normal).
En Santa Clara también nos despedimos de nuestros compañeros de viaje y su furgoneta, e iniciamos nuestra ruta solos rumbo a Remedios utilizando el transporte local (siempre muy fácil de encontrar gracias a la gente tan servicial y amable que encuentras por todas partes).
Quinta parada: Remedios
Remedios, en la provincia de Villa Clara, tiene un encanto muy particular y "muy local". Tiene vida propia, una vida radiante. No en vano su centro histórico fue declarado Monumento Nacional en 1980. Nos pareció muy tranquilo en comparación con lo que habíamos visto y vivido hasta entonces, y de nuestro paso por aquí guardamos anécdotas memorables como la de comprar puros por la ventana de una fábrica haciendo "negocios" directamente con sus trabajadores. O la de comer en el restaurante "Portales a la Plaza", donde cobran en pesos cubanos y pudimos darnos un festín pagando realmente poco. En fin, Remedios es casi una parada obligada a medio camino entre el continente y los cayos.
Sexta parada: Cayo Coco
Desde Remedios cogimos un taxi hasta Cayo Coco, quizás la parte más turística de nuestro viaje, pero que valió la pena después de días de "mochilear". Los cayos son esas playas de ensueño a las que siempre te quieres escapar para desconectar de todo.
Quizás por eso, en los cayos solo encontrarás hoteles -no hay casas particulares- y, siempre, en régimen de todo incluido. Puedes decidir quedarte en pueblos cercanos a los cayos si buscas otro tipo de alojamiento, pero entonces tendrás que alquilar un coche para moverte y llegar a las playas. Si, en cambio, quieres darte un capricho, los precios tampoco son muy elevados: en nuestro caso encontramos un hotel todo incluido por 45€ por persona y noche.
La playa que teníamos frente a nuestras habitaciones era tal y como habíamos soñado: con arena blanca e infinitas aguas turquesas. Un paraíso donde no puedes hacer otra cosa que no sea relajarte. Obviamente, también es posible realizar excursiones u actividades en la zona, ya que propuestas no faltan.
Séptima parada: Caibarién
De Cayo Coco fuimos con taxi hasta Morón y, de allí, a Caibarién. Es probablemente el pueblo más auténtico que existe en toda Cuba y que, tal como indica Lonely Planet: “es un ‘auténtico’ rincón de Cuba que las autoridades olvidaron camuflar para los turistas”.
Pintoresco y humilde serían los dos adjetivos que mejor definen a Caibarién. Parece que se haya ido desgastando con el tiempo, no así la autenticidad y amabilidad de sus gentes que es algo espectacular. A mí me impactó especialmente y realmente lo recomiendo.
En Caibarién también tuvimos mucha suerte con el tema de la comida: la madre de la chica que nos alquilaba las habitaciones, es una señora que hace “catering” para todo el pueblo; es conocida por sus platos caseros. Así que obviamente no pudimos hacer otra cosa que cenar en su casa todas las noches.
Otra de las razones para visitar Caibarién es que queda muy cerca del famoso Cayo de Santa María. Nosotros aprovechamos para pasar un día en Playa Gaviota (haciendo ida y vuelta el taxi). Se trata de la playa más salvaje del cayo, así como la menos turística.
Tras nuestra estancia en Caibarién, volvimos a La Habana desde donde regresamos a España tras dos semanas intensas de una aventura que nunca podremos olvidar. Así que si tú también quieres viajar a Cuba por libre, solo me queda decirte: ¡hazlo! Y no dudes en compartir tu viaje con nosotros :)