"Street food" en Bangkok: el placer de comer en las calles
Cuando viajes a Bangkok, nadie te saludará con un “¿Cómo estás?”, sino que te preguntarán: ¿Has comido ya? (Kin kao ruyang?). Vamos, que la comida mide su grado de felicidad.
Por segundo año consecutivo, Bangkok se ha convertido en la ciudad más popular del mundo para los viajeros internacionales, incluso por delante de Londres. Según un informe de Mastercard’s 2017 Global Destination Cities Index, alrededor de 20 millones de visitantes llegaron a la capital tailandesa en 2017.
Este dato no sorprende. Ya se sabe que Tailandia es un destino extraordinario. Tiene de todo y todo es excelente. Las playas y la naturaleza son algo fuera de lo normal, sus famosos masajes, la amabilidad de sus ciudadanos, tienen una cultura apasionante, las noches son trepidantes, todo es muy barato (incluso los vuelos a Bangkok)... en fin, que vale mucho la pena un viaje.
Todo el mundo compara Tailandia con un paraíso. Sobre todo por sus paisajes y sus playas, pero para los habitantes de Bangkok el auténtico paraíso está en la calle. Se trata de una ciudad donde hay una auténtica obsesión por la comida. No tienen horarios. Comen cuando les da la real gana. Es su cultura. Por eso, cuando visites Bangkok, es imprescindible salir a las calles, caminarlas y, desde luego, abrir bien las fosas nasales, dejarse seducir y comértelas a bocados.
Puestos callejeros o "street food"
Vale, tal vez suena mejor en inglés : Street food, pero es exactamente lo mismo y se come de la misma manera. En España los llamamos puestos callejeros de comida, restaurantes ambulantes, tenderetes, chiringuitos, en definitiva, lugares donde la comida está siempre a la vista. Y en Bangkok están los mejores del planeta.
De hecho, la capital de Tailandia cuenta con unos 11.000 restaurantes, pero gran parte de sus habitantes bajan a la calle a comer. Casi que les sale más a cuenta que ir al súper y cocinar ellos mismos. Muchos hogares ni siquiera tienen cocina, no comen en casa, es su forma de socializarse. Los vendedores se reúnen en los mercados, recorren la ciudad con sus carritos, aparcan en cualquier esquina y se ponen a cocinar: hervidos, fritos, marinados, cocidos, lo que sea. La variedad es casi infinita.
Frescos del día
Los pinchos de pollo, las sopas de fideos, una tortilla de arroz, zumos de fruta, castañas asadas, brochetas de pescado, postres a base de coco... en las calles se come de lujo (y no porque sea caro, al contrario). La gastronomía tailandesa tiene una gran influencia de la cocina china y de Oriente Medio. Combinan los alimentos con mucha alegría, es algo picante –para evitarlo, pide que lo quieres no spicy (no picante, y en thai, mai pet)–, tiene mucho color y los sabores son siempre exóticos.
La presentación es un formidable espectáculo. La competencia entre los puestos callejeros de comida es tan salvaje, que si alguno decide no cuidar la calidad –los alimentos suelen ser frescos del día y cocinados al momento (no tienen neveras, no guardan las sobras)–, queda olvidado de manera fulminante. En ese sentido, no hay piedad. Manda el estómago. Manda la calidad.
Platos a 1€ y estrellas Michelin
Comer en Bangkok es sorprendentemente barato. Y más aun en los puestos callejeros (hay platos por debajo de 1€); es tan económico que no se pueden hacer rebajas. Por ejemplo una ración de pasteles de pescado te cuesta unos 20 baht (menos de 1€), una sopa de fideos alrededor de 60 baht (2€) y una cerveza grande (700 cl) puede irse hasta los 80 baht (2,5€).
Como hay tantos puestos disponibles, existen diferentes categorías o niveles: los más sencillos son las paradas con ruedecitas que se instalan en las aceras y se van moviendo de un lado a otro y donde se ofrece generalmente carne a la barbacoa, caoñiao (arroz) o Som Tam (ensalada de mango). Luego están los restaurantes completos en la calle, o también los restaurantes económicos pero que cuentan con local propio, y para acabar, los puestos –que se llaman Food Court– que se distribuyen en los centros comerciales, donde los precios son reducidísimos también, aunque (por norma general) son más limpios.
Para distinguir los que tienen mayor calidad, hay que fijarse en una marca –el Shell Shuan Shim– es un cartel que representa un cuenco y letras tailandesas que reconocen la excelencia del plato preparado.
Puestos con Estrella Michelin
Hace un tiempo saltó la noticia que uno de estos puestos callejeros había sido premiado con una prestigiosa Estrella Michelin. Y es cierto. De entre los restaurantes que se llevaron el galardón estaba Raan Jay Fay, un pequeño puesto situado en Phra Nakhon, cuyo dueño tiene 72 años y es famoso por sus platos de cangrejo, en tortilla (Khai jeaw poo) y salteados al curry (poo phad phong karee), y sus noodles fritos con marisco (phad kee mao talay). Por ejemplo, el precio de la tortilla son 26€, un coste prohibitivo para la población local, aunque una ganga si tenemos en cuenta que es Estrella Michelin.
Dónde ir a comer
Si callejeas por Bangkok verás que siempre hay puestos disponibles. Chinatown (Yaowarat) es uno de los barrios más aconsejables, sobre todo por la noche, donde la oscuridad se llena de neon y electricidad. Allí puedes encontrar gastronomía china (por supuesto) una gran variedad de dim sum, castañas asadas y deliciosos zumos de granada.
Luego, tenemos el barrio preferido por los mochileros, Kao San Road, donde se come muy bien por menos de 3€ y abundan los restaurantes al aire libre y los carritos con Pad Thai. Es una auténtica locura. También tienes las opciones de Bang Lamphu y sus fantásticos desayunos con huevos fritos y salchichas o el Saochingcha, con sus sopas de fideos, pato marinado o el mango con arroz.
Ojo, para elegir restaurantes, lo suyo es observar donde se forman las colas más largas –esa es la mejor señal– y ponerse al final.
Qué platos pedir
Pad thai: este es sin duda el plato estrella. Omnipresente. Es una mezcla de fideos de arroz (o noodles, que existen en una enorme variedad) salteados con tofu, maní, cebollas verdes, brotes de soja, ajo, pimienta y salsa de pescado, el pad Thai es mejor cuando se cubre con un poco de limón y algunos cacahuetes triturados.
Som tam: es una ensalada de papaya verde. Consiste en triturar chiles y ajo, luego arrojar jugo de tamarindo, salsa de pescado, cacahuetes, jugo de lima, pasta de caña de azúcar, tomates, frijoles, camarones secos y lo que podría decirse es el ingrediente más importante: papaya verde rallada.
Tom yum: la sopa más famosa de Tailandia. Lleva pollo, lima, setas, ajo, soja y todas las especias y condimentos que se te ocurran. La mezcla de sabores es brutal : salado, picante, dulce y ácido. Para rizar el rizo, pídelo con leche de coco y crema (tom yum gung nam kohn).
Mu daeng: un plato muy tradicional. Es cerdo rojo adobado, la versión tailandesa de la barbacoa. Se suele comer con mucho (con abundante) arroz pegajoso.
Chicken satay: trozos de carne finamente cortados ensartados en una vara de bambú, al estilo pincho moruno, a la parrilla sobre una llama abierta y servidos con una salsa (preferentemente cachuetes). Luego se combina con un condimento de ajad dulce-picante con pepinos, chiles, cilantro y chalotas.
Khao pad: el arroz frito de estilo tailandés se prepara con arroz jazmín tailandés en lugar de arroz de grano largo. Para el plato, el azúcar, la sal, la salsa de soja y el nam pla (salsa de pescado) se mezclan con lo que quieras: zanahoria, tomate, huevo y camarón (kao pad goong).
Khao niew ma muang o Mango sticky rice: cuando hablamos de postres, muchos de nosotros pensamos en tartas, pasteles y trufas. Pues este plato, el arroz pegajoso con mango, es popular en todo el mundo: los vendedores combinan este arroz empapado y cocido al vapor con azúcar y crema de coco y encima con mango fresco y semillas de sésamo.
Khao man gai: en comparación con otros platos tailandeses, que tienen un alto grado en especias, khao man gai, o pollo al vapor sobre arroz, es relativamente suave. Pero para que el paladar no se aburra demasiado, este plato se sirve habitualmente con un chapuzón de chile.
Y los insectos: saltamontes, gusanos, escorpiones fritos, cucarachas... en total se consumen unas 200 especies de bichos. A los locales les gusta tomarlos con cerveza para destacar el sabor salado y aseguran que probablemente sean más sanos que las patatas fritas industriales envasadas.
***Este artículo es fruto de la colaboración entre La Vanguardia.com y Travelzoo***