Viajar a Islandia esta primavera... ¿Vale la pena?
La respuesta es sí. Absolutamente.
Hace años Islandia era una isla gigantesca perdida en el Ártico donde solo habitaban esquimales y osos polares. Luego, poco a poco, los viajeros más emprendedores fueron llegando y hablando de sus maravillas. Hoy es uno de los destinos más atractivos del planeta. En la última década, las visitas han aumentado un 50%.
Pero mucha gente tiene una duda: ¿cuándo es mejor viajar a Islandia?
Hace frío, pero no tanto
Empezaremos diciendo que a Islandia merece la pena viajar durante todo el año. Eso sí, siempre y cuando te gusten los viajes de aventura y en los que la naturaleza ocupe un papel protagonista. Normalmente la gente viaja en verano y las razones son lógicas: es cuando tienen vacaciones y disponen del tiempo necesario para hacerlo y, por otro lado, el clima suele ser más benigno (la temperatura media ronda entre 10 y 12º C).
Sin embargo, el resto del año tampoco hace tanto frío como popularmente se cree. Cabe mencionar que Islandia se encuentra en un "punto caliente" ya que geográficamente está en medio de la corriente del Golfo, lo que provoca que el clima islandés sea más cálido que el de Nueva York o Londres: la temperatura media en el sur de la isla no baja de 0º, y en el norte las mínimas rondan "apenas" los -10º.
¿Y por qué viajar en primavera?
Digamos que la primavera y el otoño son —como siempre ocurre— dos épocas intermedias, alejadas de los extremos, y eso acarrea cuatro fenómenos muy importantes:
- No va tanta gente
- El frío es moderado y no suele nevar
- Los precios bajan
- Hay muchísimos planes para hacer
La primavera islandesa se inicia en abril. La temperatura promedio en Reikiavik durante esta época oscila entre 0° y 8° en abril y entre 2° y 11° en mayo.
Vuelos baratos (por menos de 200€)
Está claro que si quieres viajar a Islandia puedes hacerlo por mar o por aire. Lo más cómodo y rápido es el avión. Antes, hace años, encontrar un billete de ida y vuelta barato desde alguna ciudad española era misión muy complicada, pero actualmente resulta bastante sencillo. Como decíamos, una de las ventajas de ir en los meses de primavera es que los precios de los billetes se reducen ostensiblemente: en abril y mayo por unos 200€ encuentras vuelos directos de ida y vuelta. Icelandair tendrá trayectos directos entre Madrid y Barcelona hasta Reikiavik durante la temporada de primavera-verano de 2020 (del 16 de mayo al 13 de septiembre).
Paseo por Reikiavik
Reikiavik es la capital de Islandia y la ciudad más poblada del país. Se encuentra en la costa oeste y está a unos 45 minutos en coche del aeropuerto internacional de Keflavik. Al ser la capital, constituye el epicentro del mundo político, cultural y artístico islandés. Es el centro de operaciones de cualquier viaje a Islandia, al cual hay que dedicar unos días. En primavera es indispensable admirar algunos lugares imprescindibles de la ciudad, como la sorprendente catedral moderna de Hallgrimskirkja (la más alta de la isla), la moderna Sala de Conciertos Harpa (uno de los edificios más geniales de la isla) y la clásica escultura de acero The Sun Voyager.
Dónde dormir en Reikjavik
Hemos seleccionado tres hoteles que nos han gustado por la calidad de sus servicios, un precio bastante competitivo y las críticas de que ha recibido por parte de los usuarios.
Hlemmur Plaza
Moderno hotel económico en la principal calle comercial de Reikiavik, a solo tres manzanas del paseo marítimo. Las habitaciones están en el quinto piso, con excelentes vistas de la ciudad.
Icelandair Hotel Reykjavik Marina
Hotel de lujo junto al Puerto Viejo en el centro de Reykjavik. Los museos y restaurantes del centro de la ciudad están a poca distancia a pie y hay un pequeño gimnasio e incluso un muro de escalada en el hotel.
CenterHotel Thingholt
Elegante hotel boutique cerca de la principal calle comercial de Reikiavik, con un elegante restaurante, un gimnasio y un spa.
El Círculo Dorado
Después de una agradable estancia en Reikiavik toca descubrir el resto de la isla. En primavera los planes son infinitos. Puesto que lo aconsejable es empezar por lo más cercano, una de las visitas más habituales es el Círculo Dorado (Golden Circle). Está a una o dos horas conduciendo desde la capital islandesa. Son aproximadamente unos 200 kilómetros de ruta con paradas en tres puntos muy interesantes: el Parque Nacional de Þingvellir, el Área Geotérmica de Geysir y la cascada Gullfoss. De esas áreas, sugerimos dos desvíos: Strokkur (un géiser a lo largo de la franja) y el cráter Kerid.
Al sur de la isla
A no mucha distancia de la ciudad, son varias las excursiones que no deberías perderte por nada del mundo. Está zona está plagada de paisajes brutales. La primera parada, de camino hacia el entrañable pueblecito de Vik, es Seljalandsfoss, una de las cascadas más bonitas de la isla; luego está la playa negra de Reynisfjara, declarada como una de las playas no tropicales más bonitas de la Tierra y además escenario de la serie Juego de Tronos; para acabar, es aconsejable caminar hasta el avión abandonado que se estrelló en 1973 en medio de la nada en la playa (también negra) de Solheimasandur.
Las cuevas de hielo de Vatnajökull
Junto a las auroras boreales, las cuevas de hielo rozan el límite de la extinción al llegar la primavera. Sin embargo, algunas aguantan hasta finales de abril. Lo apuntamos aquí porque, si es posible, no puedes perderte esta atracción natural. Son una pasada y te quedas boquiabierto con el color azul intenso del hielo. Estas cuevas de hielo se forman en el glaciar Vatnajökull, al sureste, el más grande de Europa. En verano se derriten o se desmoronan hasta el invierno siguiente.
¿Se pueden ver auroras boreales en primavera?
Lo cierto es que a partir de mediados de marzo, se complica algo más el avistamiento de auroras boreales. Lo ideal es viajar en invierno. Sin embargo en abril, el final de temporada, se pueden ver; sobre todo si te diriges al norte de la isla. No pierdas la esperanza. De hecho, se han visto algunas incluso en julio.
La llegada de los frailecillos
También llamados puffins, estas aves tan pequeñas y curiosas aterrizan en las costas islandesas cuando remite el invierno y entramos en el mes de abril. Con sus picos de colores y sus ojos tristones, son el preludio del buen tiempo. Merece mucho la pena hacer una excursión para ir a verlos. Islandia sin duda es uno de los mejores lugares del planeta para observarlos: el 60% de la población de frailecillos se encuentra allí. Te sugerimos varias localizaciones: Dyrholahey (al sur de Islandia, en Raudinupur Cape, donde se pueden avistar todo tipo de aves), en la península de Snaefellsnes, en las islas de Vestmanneyjar, en los fiordos occidentales, en Látrabjarg o, por último, en Borgarfjördur. En este último, con suerte, se pueden divisar ballenas.
Sí, también se puede bucear
Una de las cosas que más sorprenden en un viaje a Islandia es enterarse de que se puede practicar tanto submarinismo como esnórquel. De hecho, es posible hacer inmersiones hasta en los meses de invierno. El punto propicio para ello es la grieta de Silfra, un barranco cristalino en el lago Thingvellir (por cierto, incluida dentro del Círculo Dorado) que separa las placas tectónicas entre Asia y América y cuya visibilidad alcanza los 120 metros. La cuestión es que el agua en Silfra se mantiene a la misma temperatura (unos 2º C) durante todo el año. Eso sí, conviene sumergirse con un traje de neopreno grueso.
Senderismo por los glaciares
Por algo se hace llamar la “Isla del hielo”. Presenta numerosos glaciares, casquetes de hielo, repartidos por su geografía. Los más sobresalientes son Vatnajökull, Langjökull, Hofsjökull y Mýrdalsjökull. En la mayoría se hacen expediciones durante todo el año, ya que están congelados todo el año pero especialmente en invierno. Según la época del año suele estar cubierto de nieve y puede que hayan grietas ocultas que no se ven a simple vista, por lo que es aconsejable contratar a un guía que conozca bien la zona. Tampoco te olvides de un buen abrigo y calzado de montaña.
Jugar a golf
Otra actividad que jamás te imaginarías practicando en Islandia: el golf. Se juega, y mucho. Prácticamente el 10% de la población son socios de algún club de golf. El primer club de golf abrió en 1934 y en la actualidad hay alrededor de 65 campos de golf en el país. Cincuenta de ellos son de 9 hoyos, y quince son de 18 hoyos. Debido al clima, la temporada de golf se inicia a mediados de mayo y aguanta hasta principios de septiembre. Uno de los más destacados es el Golf Keilir, cuyos hoyos están rodeados de lava o se ubican en la pequeña península en la entrada del puerto Hafnafjordur. Proporciona vistas impresionantes al glaciar Snaefellsjokull y la península Alftanes.
Parada final: la Laguna Azul
La Laguna Azul es la atracción turística más popular en toda Islandia. Está abierta todo el año, pero es una experiencia primaveral especialmente increíble. ¿Quién no querría adentrarse en un baño geotérmico cuando se está a 0º en el exterior? La sensación de estar en un ambiente cálido en un terreno tan frío es único, y nadar en el agua más azul jamás vista en un sorprendente fondo blanco resulta casi surrealista. . Es casi como estar en otro planeta, con los paisajes de montañas heladas y lagos humeantes a tu alrededor. La Laguna es una trampa para turistas por una razón: está a solo 20 minutos en coche del aeropuerto internacional de Keflavik, y es una experiencia absolutamente imprescindible para despedirse con una buena sensación de Islandia.
Esta semana en nuestra Top 20 encontrarás un tour por Islandia con excursiones, ideal si aún no tienes plan para Semana Santa. ¡No te lo pierdas!