De viaje gastronómico por España
Sin lugar a dudas la gastronomía es una de las mejores maneras de conocer un lugar. El sabor aporta una visión privilegiada del mismo. Lo que está claro es que cuando viajas hay que comer, lo contrario no es una opción, y para muchos esta es precisamente la razón fundamental del viaje. Algunos eligen un destino por sus playas, museos o parques temáticos, y otros, por sus ingredientes, sus platos, sus mercadillos, sus cocineros o sus restaurantes. El paladar manda.
En ese sentido, os proponemos dar una vuelta por España y deteneros en once lugares para descubrir sus productos más emblemáticos, y aunque gastronomías hay muchas, sobre todo en este país, casi tantas como localidades -y cada una representa lo mejor de cada zona- hemos querido destacar algunas de las que más nos gustan.
Los cogollos de Tudela en Navarra
La Ribera navarra es por excelencia una de las zonas donde se producen unas de las verduras más ricas de nuestro país. La gran variedad que en ella se cultivan así como muchas variedades olvidadas se están recuperando con la ayuda de Santi Cordón, activista y chef en el restaurante Trinquete (calle Trinquete, 1 bis), dónde disfrutarás de unos cogollos recién cortados de su propia huerta con anchoas. Recuerda que, aunque se cultiva todo el año, su temporada natural va de otoño a primavera (por lo que ahora es un buen momento para probarlos).
Dónde alojarse un fin de semana en Trujillo: el Eurostars Palacio de Santa Marta ocupa un edificio del s. XVI en pleno centro histórico de Trujillo, junto a la plaza mayor y el castillo. La base ideal para descubrir la ciudad, pero también para explorar los alrededores: Cáceres queda a 30 minutos en coche.
Un bocadillo de calamares en Madrid
La capital de España es una ciudad que invita a callejear, dejarse llevar y disfrutar de sus maravillas arquitectónicas, y digamos que en el casco antiguo, entre la Puerta del Sol y el palacio Real, está su esencia. Allí nació esta villa. Recorrer la ruta histórica de los Austrias en un par de horas, permite detenerse en la plaza Mayor, para reponer fuerzas, y comerse un delicioso y sabroso bocadillo de calamares.
Teniendo en cuenta que Madrid está a 300 kilómetros de la costa -donde viven los calamares-, paradójicamente es su especialidad. Lo sirven en muchos sitios y con mucho talento, la verdad, pero sugerimos uno de los locales más antiguos de la ciudad, el Bar La Ideal (Botoneras, 4). Pan reciente, calamares tiernos. Lo dicho, dejarse llevar.
Dónde alojarse un fin de semana en Madrid: la pasarela del hotel RIU Plaza España que permite ver casi todo Madrid desde lo alto ha servido de escenario a varias series españolas. Si además te alojas en el hotel, disfrutarás de una estancia por todo lo alto en la capital.
La caldereta de langosta en Menorca
Un plato marinero como Dios manda, elaborado por pescadores en una cazuela de barro (un caldero, de ahí su nombre), con una base de sofrito de verduras de las huertas locales, finas rebanadas de pan y marisco o diferentes pescados. De hecho, la incorporación de la langosta es relativamente reciente.
Para pasarlo bien con una caldereta de langosta hay numerosos restaurantes en toda la isla, pero una de las zonas más tradicionales está en Fornells, al norte de la isla, donde el legendario restaurante Can Burdó -fundado en 1872- empezó a servirlo a los primeros turistas que hasta allí se acercaban. Para tu próxima escapada a la isla pitiusa, Es Cranc (Escoles, 31) o Sa Llagosta (calle de Gabriel Gelabert, 12) serían nuestras recomendaciones.
Dónde alojarse un fin de semana en Menorca: aunque la isla de Menorca se asocie al verano, no está nada mal escaparse un fin de semana de inicio de primavera y disfrutar de la isla sin las hordas de turistas habituales. El alojamiento lo dejaríamos en manos del Hotel Nou San Antoni, un hotelito escondido en un edificio histórico entre las calles del caso antiguo de Ciudatella, donde todo, absolutamente todo, está cuidado hasta el más último detalle.
Escudella y carn d'olla en Cataluña
Uno de los platos más presentes en casi todas las mesas el día de Navidad a lo largo y ancho de Cataluña. Y aunque la leyenda diga que con los restos se hacen los canelones del día siguiente, difícilmente queda suficiente para realizar un plato tan elaborado y para un número de personas similar. Estamos hablando de un plato de origen humilde que, antiguamente, era un plato de diario, basado en un cocido de verduras y en ocasiones legumbres, y cuya mayor característica es el hervido de una pelota de carne picada de pollo, gallina, cerdo y ternera, mezclada con miga de pan y huevo.
La escudella es el caldo que resulta del colado de todos los ingredientes y en el que se hierven ‘galets’ (tipo de pasta de sopa). En épocas navideñas la podrás degustar en muchos restaurantes por toda la geografía catalana. Si te encuentras en Barcelona, te recomendamos Vía Veneto (calle Ganduxer, 10) con más de 50 años de tradición.
Dónde alojarse un fin de semana en Barcelona: el Hotel Casa Bonay, a solo unos minutos caminando de Paseo de Gracia, ocupa un edificio residencial neoclásico del s. XIX y está decorado con muchísimo encanto. Aquí, sin duda, te sentirás como en casa.
El pulpo "a feira" en Galicia
Uno de los platos por excelencia de la gastronomía gallega. En plato de madera, pulpo cortado en rodajas, sobre patata hervida, aliñado con aceite de oliva virgen extra, pimentón y sal gorda. Su nombre procede de la época de las caravanas de alimentos, en la que los gallegos comerciantes viajaban hasta la meseta y, cuando paraban, hacían fiestas y servían este manjar en sus mesas.
Sobre todo, no te olvides de acompañarlo con un vino Albariño. Si estás en Santiago de Compostela, te recomendamos el Bodegón Os Concheiros (rúa de Berlín, 3).
Dónde alojarse un fin de semana en Santiago de Compostela: a 400 metros de la catedral de Santiago, el Hotel Atalaia B&B es una pequeña joya. Sencillo, pero exquisito.
La paella en Valencia
El plato más conocido de la gastronomía española en todo el mundo. Recibe el nombre del recipiente en el que se cocina, una especie de sartén de hierro con asas, y que tiene como base el arroz y los productos de la zona: hortalizas de la huerta como la bajoqueta y la ferraura, legumbres como el garrofo y la tavella, carne de pollo y conejo, además de caracoles, un buen aceite de oliva, azafrán... Aunque puedes encontrar variantes de pescado o marisco, a las que también las denominan “paella marinera”.
No hay chiringuito o restaurante de playa de costa que no ofrezca paella en sus diferentes versiones. En el mismo centro de Valencia, La Riua (calle del Mar, 27) es uno de los restaurantes que los valencianos recomiendan por su trayectoria y tradición.
Dónde alojarse un fin de semana en Valencia: si deseas estar en el centro de la acción, el Hotel Plaza Mercado & Spa es una muy buena alternativa. Situado en la Ciutat Vella, a 400 metros del barrio del Carmen, ofrece habitaciones con estilo y Spa con piscina relajante con jacuzzi.
El cochinillo en Segovia
No se puede ir a Segovia y no hincarle el diente a un cochinillo. Forma parte de la idiosincrasia de los segovianos. Es una de las escapadas de un día más aconsejables que se pueden hacer: el Alcázar, el Acueducto, las calles de la Judería, la plaza Mayor... Y claro, sentarse durante un buen rato a degustar un lechón o cochinillo, o en otras palabras, una cría de cerdo con un peso de entre 1,5 y 3 kilos, lo que proporciona una carne gelatinosa, muy melosa que se deshace en boca, y con una corteza crujiente que aporta también un sabor digno de los dioses.
¿Un lugar para probarlo? El Figón de los Comuneros (travesía del Patín, 4).
Dónde alojarse un fin de semana en Segovia: si visitas la ciudad antes de finales de marzo, te recomendamos el Rancho de la Aldegüela. A solo 10 minutos en coche de la capital, es el lugar ideal para desconectar -y también probar el cochinillo en su restaurante, si lo deseas-.
El gazpacho en Andalucía
Un plato o bebida que se sirve en toda España, y sobre todo, en la época estival. Cuando aprieta el calor, el gazpacho entra como si fuera el elixir de la eterna juventud. Su origen es un tanto incierto, aunque la mayoría de las fuentes dan como origen Al Ándalus, de ahí el nombre de gazpacho andaluz. Es una humilde sopa fría compuesta de tomate, pepino, aceite de oliva virgen extra y pan (a veces pimiento y cebolla). Era ideal para los campesinos, ya que tiene el suficiente aporte energético para realizar sus tareas, pero al mismo tiempo ayuda a superar las elevadas temperaturas.
¡Ah!, y no hay que confundirlo con el salmorejo, que es una crema con más cantidad de pan y sin agua. El de Eslava (Eslava, 3), es un gazpacho elaborado con hortalizas de su propia huerta y uno de los mejores de Sevilla.
Dónde alojarse un fin de semana en Sevilla: el Hotel Las Casas de la Judería ocupa 27 casas sevillanas de estilo tradicional comunicadas por diversos pasadizos y patios típicos andaluces. Si quieres descubrir por qué dicen que la capital hispalense tiene un color especial, aquí lo podrás hacer.
Espeto de sardinas en Málaga
Sol, mar, bañador, chiringuitos y restaurantes a pie de playa para disfrutar de las sardinas a la brasa más exquisitas y llenas de sabor marinero que existen en el planeta. Ensartadas en una espada, laza de caña o espetón - de unos 20 centímetros aproximadamente - es todo un espectáculo para los turistas y curiosos.. Se trata de la gastronomía más esencial: pescado, sal, fuego, y nada más.
Es una de esas genialidades tan propias del sur que tan buen rollo dan. Si te tienta este rito playero, pon rumbo al merendero Hija de Antoñín (calle Quitapenas, 95), donde trabaja uno de los ‘amoragaores’ más reputados de Málaga, Agustín Ortiz.
Dónde alojarse un fin de semana en Málaga: a tan solo 200 metros del mercado de Atarazanas y muy cerca de la Catedral, el Soho Boutique Equitativa es una buena base para conocer la ciudad y su gastronomía.
Kokotxas al pil pil en el País Vasco
Muchos se las come y les encantan pero no saben qué son realmente las kokotxas (cococha en euskera). Es una carne muy jugosa y gelatinosa que se encuentra en la parte inferior de la mandíbula de los peces, digamos lo que viene a ser la papada o la barbilla. En San Sebastián se refieren sobre todo a las de la merluza, aunque también se cocinan las del bacalao.
Son altamente valoradas en el País Vasco por su textura, y por su sabor suave y delicado. Una de las muchas recetas para cocinarlas es al pil pil, una salsa que se hace con los jugos del pescado, aceite de oliva virgen extra, ajos y guindillas (a veces incluyen el perejil, aunque no es tradicional). Vale la pena probar el pintxo de kokotxa de merluza al pil pil en Ganbara ( San Jerónimo, 21), en el casco viejo de San Sebastián. Las bordan.
Dónde alojarse un fin de semana en San Sebastián: los hoteles de la cadena Casual son una opción muy original. Ofrecen una excelente relación calidad-precio.
La morcilla de Burgos
Un embutido de carne de cerdo cocinado con la sangre del propio animal -que se recoge en la matanza-, manteca, cebolla, y arroz. La tradición oral dice que debe ser: “sosa, grasosa y picosa”. En algunas ocasiones puedes encontrar diferentes variaciones, como la morcilla de arroz dulce, la cual encontraréis tan solo en algún pueblo.
Por si estás interesado una de las morcillas de Burgos más suculentas se encuentra en Belorado, a 40 kilómetros al este de Burgos, en Morcillas y Embutidos Ana (lateral, avenida de Burgos, 12).
Dónde alojarse un fin de semana en Burgos: el Hotel Mesón del Cid se encuentra justo enfrente de la catedral. Ubicado en una antigua casa solariega del s. XV, aquí también encontrarás un restaurante de cocina tradicional.